domingo, 24 de enero de 2021

Pico Abantos por El Tomillar y La Cuerda

Ruta circular
distancia: 14,5 Km.
desnivel: 810 m. altitud min: 946 m.    altitud max: 1764 m.
dificultad: Media-Alta



Ruta circular  al Pico Abantos que sube por  El Tomillar y la ladera  este de la solana del Abantos hasta alcanzar  La Cuerda, divisoria de esta vertiente escurialense y el valle de Cuelgamuros al norte.

El monte Abantos (1753 m. ) es una montaña de la sierra de Guadarrama, en el sistema Central.  La mayor parte de su superficie está dentro del término municipal  de San Lorenzo de El Escorial en la provincia de Madrid  y parte de su ladera oeste en la provincia de Ávila. 

  En 1961 fue declarado Paisaje Pintoresco, junto con la zona de la Herrería.

Este monte toma su nombre del abanto o alimoche, un ave parecida al buitre aunque de menor tamaño, que se divisa con frecuencia en esta zona. En tiempos de Felipe II también se conoció como “Buen Monte del Oso” por la abundancia de caza mayor que albergaba.

 Aunque con una modesta altura de 1753m. el pico Abantos es un clásico de la Sierra de Guadarrama. Por su ubicación en el extremo suroeste de esta sierra, es una excelente alatalaya a toda su conjunto. En los días claros la vista también alcanza hasta los Montes de Toledo y la Sierra de Gredos. Es además una cima muy asequible y con itinerarios variados para alcanzarla.

 La vertiente norte de la montaña está en el valle de Cuelgamuros que alberga el complejo monumental del Valle de los Caídos y que divisaremos durante la subida por La Cuerda.

PUNTO DE INICIO: Aparcamiento del Área Recreativa El Tomillar en San Lorenzo de El Escorial . Desde Madrid, vamos por la A-6. cogemos la salida 47 para seguir por la M-600 en dirección a El Escorial. Tras recorrer 5,7 Km. por esta carretera veremos a la derecha el restaurante el Tomillar y su aparcamiento.  A continuación está el desvio al Area recreativa el Tomillar por una pista asfaltada. Al inicio de esta pista y a la izquierda, está el aparcamiento de tierra donde dejamos los coches. 

Comenzamos la ruta por la pista asfaltada que sube hasta media ladera en varias lazadas. Como preferimos pisar tierra, intentamos evitar la pista siempre que podemos buscando sendas alternativas. De momento, la abandonamos por la derecha y seguimos una senda que avanza ceñida a la margen derecha del arroyo del Barrancón. Salimos del pinar a una pradera que nos da vista a la cima del Abantos y al roquedal que desciende de ella por la Solana de la Penosilla.

(1,5 Km.) Al final de la pradera pasamos por encima de una alambrada completamente tumbada para salir a la pista, que apenas pisamos ya que hace un giro muy cerrado a la izquierda, y ahí mismo la abandonamos por la derecha para coger una senda. Cruzando un paso giratorio accedemos de nuevo al interior de la alambrada (hubiera bastado con seguir la alambrada sin cruzarla para llegar a este punto)




Un cartel clavado en un pino con el mensaje “PRECAUCION ABEJAS” nos anticipa la presencia de colmenas instaladas dentro de un terreno tapiado que dejamos a nuestra derecha. Luego hay que saltar por encima de una alambrada de poca altura.

Atravesamos  una zona de abundantes rocas, siguiendo indicios de senda y algunos hitos. Si se pierde el trazado tampoco es terreno difícil, basta seguir subiendo hasta desembocar en un sendero más amplio y de huella clara, que seguimos por la izquierda. 


(2,2 Km.) El sendero cruza oblicuamente la pista. Aquí no queda más remedio que seguir por el asfato. Después de dibujar un par de zetas, la pista comienza a faldear manteniendo la cota de altura. Cruzamos el suave barranco de un arroyo.




(3,5 Km.) Un camino ancho nace a la derecha de la pista. Continuamos por él con un cerrado giro a la derecha. Después de pasar una portilla,  vuelve a cruzar el barranco a más altura y en dirección contraria, dibujando otra lazada. Y ya se mantiene en dirección noreste, incrementando la pendiente por la Solana de la Penosilla. La nieve se acumula en el suelo plano del camino ralentizando nuestra marcha.

(4,7 Km.) Cruzamos el fondo del barranco del Arroyo del Barrancón, ignoramos un ramal que baja a la derecha y seguimos subiendo, ahora con inclinación más moderada, por la Solana del Barrancón.





(6,4 Km.) El camino muere en el amplio cortafuegos que recorre la Cuerda, divisioria de la vertiente del Barracón y la de Cuelgamuros.  Subimos por este lomo, ahora con inclinación mas acentuada. El progreso es lento ya que el grosor de la capa de nieve va en aumento. La gran tapia que cerca las 1365 hectáreas de la finca donde se ubica el Valle de los Caídos también recorre todo el cordal y la tendremos a nuestra derecha hasta coronar. 

Ya desde esta posición a media ladera tenemos unas vistas excelentes de la zona central de la sierra, aunque las cumbres están cubiertas por las nubes. De izquierda a derecha, vemos la Maliciosa, Cuerda Larga, Sierra de los Porrones, La Pedriza, Sierra del Hoyo de Manzanares. Estas formaciones montañosas rodean el llano ocupado por los pueblos serranos y otras elevaciones mas modestas que vemos en primer plano: Cerro de la Golondrina, Sierra del Castillo,  Cabeza Mediana.






(7,6 Km.) La tapia tiene una amplia entrada. Las 2 puertas metálicas están descolgadas y no acaban de cerrar el paso, por lo que han puesto una portilla rudimentaria, un trozo de alambrada sujeta a dos estacas de madera en los extremos, una de las estacas se puede desplazar para abrir y cerrar el paso. Accedemos al interior de la finca para acercarnos al borde de una terraza rocosa con vistas al valle. Luego volvemos a nuestro sendero, dejando la entrada cerrada como la encontramos.




El sendero se encajona entre el muro de piedra y las paredes de un risco que enseguida dejamos atrás.  Es un risco de de buena envergadura que destaca en la ladera. 




A la panorámica que teníamos al coger el cortafuegos se han ido sumando mas cimas:  Siete Picos, La Peñota, Cabeza Líjar, Cerro de la Salamanca y Cueva Valiente, entre las mas destacadas. Si no estuviera nublado, también veríamos la Mujer Muerta.

Desde El Tomillar sube otro larguísimo muro de piedra por el barranco hasta unirse al de Cuelgamuros, dejando un espacio por donde pasa el sendero. 





(8,4  Km.) El sendero se aleja del muro para atravesar unos roquedos y vuelve a ceñirse a él. 

La nieve se acumula a los dos lados de muro llegando casi al borde superior. En esta parte final de la subida tenemos que encaramarnos a la pared para poder avanzar en algunos puntos.  Afortunadamente es ancha y sólida y además está rematada con planchas de roca lisas y bien asentadas.

(8,7 Km.) Llegamos a la esquina del tapiado, ya en el entorno cimero.  Unos pocos metros nos separan del vértice geodésico,  al que nos dirigimos pasando antes junto un recinto alambrado y ocupado por varias antenas.


(8,8 Km.) Cima del Abantos, 1753m. Desde el vértice geodésico o junto a la gran cruz levantados  al borde de una cornisa que se asoma a la ladera sur, se divisa gran parte de la Comunidad de Madrid: al los lados las zonas de sierra y en la parte central los llanos de la depresión del Tajo, con la ciudad de Madrid bien visible. A pie de monte, San Lorenzo del Escorial, núcleo urbano que fue surgiendo alrededor de uno de los grandes monumentos españoles, el Monasterio del Escorial. Fue construido en el siglo XVI ,durante el reinado de Felipe II. Cuando la iglesia del monasterio fue consagrada en 1595, Felipe II mandó colocar 3 grandes cruces de madera señalando  los altos desde los que se podía contemplar su gran obra.  Los fuertos vientos y ventiscas de agua y nieve debieron tarda pocos años en derribarlas.  Mas tarde Felipe IV hizo instalar unas nuevas cruces que aguantaron hasta el siglo XIX.  Y fue en 1968 cuando un grupo de amigos del Escorial colocaron  las 3 nuevas cruces, estas de metal, que podemos ver en la actualidad; una en la cima del Abantos, otra en un cerro cercano al Puerto de Malagón (llamada cruz de Rubens en homenaje al gran artista Pedro Pablo Rubens, que pintó en este lugar el Real sitio de S. Lorenzo en 1629) y una tercera ubicada entre las dos sobre unos peñascos que luego se llamaron de la Cruz de Enmedio (y que actualmente muchos llaman erroneamente cruz de Rubens).
  




En esta panorámica he señalado el trayecto inicial de subida y el de bajada, que coinciden en la parte baja.


Iniciamos el descenso por la derecha del farallón cimero. Antes de introducirnos en el pinar, tenemos unas perspectivas de la cima muy diferentes a la de la subida. Tras un descenso rapido en unas cortas lazadas el sendero alarga a la derecha.






(9,7 Km.) Pasamos junto a los restos de un chozo de pastores.  Con el zoom de la cámara,  se distinguen con claridad los edificios de Madrid, que parece a tiro de piedra.

(9,9 Km.) La senda se bifurca y cogemos el ramal de nuestra izquierda, que va faldeando en leve descenso.




(10,3 Km.) Giro de 90º a la derecha para bajar atrochando y en linea recta por el pinar hasta enlazar con la pista a la que llegamos a la altura de un mirador (11,1Km.). No prestamos mucha atención, ya que durante toda la rutas hemos tenido excelentes vistas, incluidas las del Escorial y San Lorenzo del Escorial. El resto de camino hasta llegar al punto de inicio coincide con el recorrido de subida.







texto consultado:


Madrid: cuentos, leyendas y anécdotas, Volume 2 de Javier Leralta




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