domingo, 3 de noviembre de 2019

Cascadas del Aljibe - Por Roblelacasa y Matallana

Ruta circular
distancia: 11,3 Km.
desnivel: 391m. 
dificultad: Baja - Media

Ruta circular para conocer  la Cascada del Aljibe, visitando dos de los  Pueblos Negros de la provincia de Guadalajara, Roblelacasa y Matallana, y recorriendo su entorno.

 Este recorrido se ubica en pleno corazón de la Sierra de Ayllón. La parte de esta sierra que está dentro de la provincia de Guadalajara  forma parte del parque natural de la Sierra Norte de Guadalajara.


Las cascadas del Aljibe, también llamadas  Pozas de Matallana, son un doble salto de agua por el que se precipita el Arroyo del Soto en las proximidades de su desembocadura en el río Jarama. Los dos saltos forman una caída escalonada. El primero tiene una altura  de 3 m. El agua cae a una poza que al desbordarse forma un segundo salto. Este con una caída mayor, de unos 7m., también rompe sobre una poza. 

Aunque se puede hacer esta ruta en cualquier época del año, las cascadas están mucho más vistosas en primavera, cuando el  Arroyo del Soto lleva buen caudal. También podremos encontrar el jaral en flor. En verano las pozas son frecuentadas como zona de baño.


Roblelacasa y Matallana son dos pequeños pueblos anexionados hoy en dia al municipio de Campillo de Ranas, al igual que otros cercanos: Campillejo, El Espinar, La Vereda y Robleluengo. Todos ellos comparten una peculiar fisonomía arquitectónica, con sus edificios construidos con la pizarra negra propia de la zona. 


Iniciamos la ruta en Roblelacasa. Para llegar al punto de inicio: desde Guadalajara son unos 65 Km. Hay que llegar hasta Humanes por la CM-101. Luego se toma la CM-1004 hasta Tamajón, para finalmente coger la GU-186  hasta pasar Campillejo y El Espinar. 600m. después de dejar atrás el Espinar y casi llegando a  Campillo de Ranas, hay un desvío a la izquierda hacia Roblelacasa.


 A la entrada del pueblo lo primero que encontramos es la iglesia, a la izquierda de la carretera. Y un poco más adelante vemos que hay sitio para  aparcar. La  Iglesia, o mejor dicho lo que queda de ella,  tiene una bonita espadaña románica de pizarra y un porche con estructura de troncos de madera.



De Roblelacasa  parte una camino que va directo hacia las cascadas del Aljibe. Es el Camino de Matallana (PR-GU02). Pero nosotros preferimos alargar la ruta dando un rodeo. Por este pueblo  pasa el GR60 que en su etapa 4  va de Tamajón (al sur) hacia Campillo de Ranas (al norte). La primera parte de la ruta vamos a seguir el GR60 en dirección al sur. 

Comenzamos caminando pueblo abajo por la Calle Mayor  pasando por la fuente donde cogemos agua fresca.  Las casas de Roblelacasa se notan cuidadas y bien restauradas. Las viviendas originales son de una planta con cámara y cubierta con los característicos faldones. 




Al final del pueblo salimos hacia la izquierda y encontramos las señales del GR. De frente tenemos el Ocejón con  el colorido otoñal del robledal que ocupa su ladera oeste. Después de cruzar la cancela que cierra el paso  descendemos hacia el barranco del Arroyo del Soto que vadeamos por un puente de madera.



(0,7 Km.) Iniciamos la subida por la vertiente opuesta, por un camino bordeado por jaras y robles, con algunos ejemplares de gran porte. 


(1,5 Km.) Encrucijada de caminos en medio de una pradera.  Aqui abandonamos el GR que sigue recto hacia El Espinar y con un giro de 90º a la derecha vamos a cruzar el jaral y luego atravesar toda la despejada cima del Cerro del Jaralón. Esta cima es una amplia meseta herbosa salpicada de arbustos y muy pedregosa.




Dejamos atrás la cima del cerro con un descenso casi imperceptible por praderio. A nuestra izquierda la Sierra del Ocejón.  En estas praderas crecen enormes champiñones y pedos de lobo. Algunas chaparras,cubiertas de hojas ya desde su base, adquieren formas esculturales.

 (2,2 Km.) Pasamos junto a un cercado ganadero. Un perro pastor que vigila un rebaño que pasta por alli, se acerca con actitud tranquila y curiosa. Tiene ganas de compañía y juegos y su instinto le lleva hacia los niños, que son los que le van a entretener un rato.







Nos incorporamos a una pista que cruza  el paraje  de Las Moratillas,  atravesando el jaral que lo cubre.




(3,7 Km.) El camino se bifurca, nos vamos por la derecha. A nuestra izquierda, en la lejanía se percibe el brillo del reflejo del sol en el agua del embalse del Vado. Tirando del zoom de la cámara de fotos, se puede distinguir un dique y una torre. El camino se estrecha, casi parece un cortafuegos, y desciende recto y con fuerte pendiente hacia el barranco del arroyo del Soto. 



(5,1 Km.) Sin llegar a vadear el arroyo nos vamos a la izquierda por una senda un tanto difusa al principio que coge altura para elevarse sobre las cascadas del Aljibe, y podemos contemplarlas desde lo alto. El rio ha excavado un corto pero llamativo barranco en la roca creando dos saltos de agua y dos pozas encajonadas entre las paredes de pizarra. Es posible continuar por el borde del barranco, por un tramo aéreo que requiere más atención y precaución. Vale la pena recorrerlo para llegar a un último mirador que nos permite una visión frontal de las los saltos.



Volvemos sobre nuestros pasos, un poco más allá del inicio de los saltos, donde una sencilla pasarela de madera permite cruzar el modesto arroyo. Enlazamos con un sendero que va hacia el oeste, trepando un breve trecho por la ladera de la loma Matallanilla.  Mirando atrás vemos la empinada senda por la que bajamos hasta el arroyo. El sendero faldea a cierta altura paralelo al cauce del rio Jarama que discurre abajo a nuestra izquierda. Luego desemboca en un camino más ancho, el PR-GU02, que baja hasta el rio.



(6,2 Km.) Puente de Matallana o Puente de los Trillos. El antiguo puente recibia este último nombre por estar construido con troncos cubiertos de trillos a modo de tablas. Este puente no tenia pretil y era el único paso que comunicaba Matallana con los pueblos de esta orilla del Jarama. Salvaba el rio a bastante altura junto a una cortados de pizarra.  Los pilares en los que estaba apoyado se ven unos metros rio abajo. Bajo el puente actual, moderno y seguro, se colocó el antiguo puente, para conservarlo y supongo que también para evitar el riesgo de accidentes si se mantenía en su ubicación inicial y algún temerario se atrevía a cruzarlo.


Pasado el puente el camino se bifurca. Las marcas blanca y amarilla del PR nos indican que sigamos por la derecha. Robles, alguna encina y restos de un murete de pizarras flanquean el camino hasta el pueblo.


(6,8 km.) Llegamos a Matallana.  Es un pueblo bastante aislado, aquí no llega ninguna carretera asfaltada ni la luz eléctrica. En 1970 se marcharon los últimos habitantes del pueblo. En 1972 fue expropiado para la construcción de un embalse. Este proyecto se abandonó en 1995 lo que le salvó de ser anegado por las aguas. A partir de entonces el pueblo fue okupado por algúnos grupos de neo-rurales, que fueron rehabilitandolo. Hoy en dia es un pueblo semiabandonado. Muchas de sus casas están en ruinas, incluida la iglesia. Algunas viviendas se notan habitadas y arregladas con más o menos acierto. Un  lugar para llevar una vida alternativa, aislada y tranquila. O para pasar los fines de semana.

(7,1 Km.) Pasando junto a la chatarra de una furgoneta colonizada por las zarzas, atravesamos unos prados. La iglesia queda a la derecha.

(7,5 Km.) Dejando atrás las últimas casas, bajamos hacia el rio.




(7,9 Km.) El camino llega hasta la misma orilla del rio pero no hay ningún puente. Un poco más abajo encontramos un estrechamiento donde parece cubrir menos y nos planteamos cruzarlo. La otra opción es darse la vuelta hasta llegar al puente de los Trillos y regresar por el PR-GU02. Un poco de emoción nunca viene mal. Toca descalzarse y colgar las botas al cuello. Aunque estamos en noviembre, hace un dias estupendo y eso ayuda, ya que no da tanta pereza descalzarse y mojarse un poco. El agua no esta muy fria y apenas cubre por encima de las rodillas.  Salimos airosos y sin percances de la pequeña aventura. 


Retomamos el camino que desde esta orilla del rio comienza a tomar altura por las faldas de Cabeza Lijón.

(8,7 Km.) Encaramada a unas rocas que hacen la función de mirador, tomo una panorámica hacia el Sureste, donde se intuyen las curvas del cañon del Jarama en su descenso hacia la presa del Vado. Y otra hacia el Suroeste, bajo Cabeza Mostajo se alcanzan a ver las primeras crestas afiladas del Cuchillar del Asomante, un profundo cortado excavado por el Jarama aguas arriba. Otra interesante excursión que queda para futuras ocasiones. 



(9,1 Km.)  Nuestro camino desemboca en el Camino de Cabeza Lijón que cogemos hacia nuestra derecha para rodear la ladera este del cerro.

(10,1 Km.) Nos salimos del camino por una senda que nace a la izquierda y que es un atajo por medio del jaral hacia el pueblo. Terminamos esta ruta como la empezamos, con la bonita postal de la cara oeste del Ocejón.







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