distancia: 5,6 Km.
desnivel subida: 220 m. Bajada: 317m.
altitud min: 1 m. altitud max: 104 m.
dificultad: Baja
La zona costera de El Poble Nou de Benitatxell está formada por grandes y abruptos acantilados entre los que aparecen algunas pequeñas calas, como la Cala Moraig. En esta bonita cala de grava y aguas transparentes, galardonada con la bandera azul, disfrutamos de una tarde de playa después de hacer la “ruta de los acantilados” (SL-CV50), un corto y bonito recorrido de ida y vuelta entre las calas Moraig y Llebeig. La ruta puede alargarse subiendo por el barranco de la Viuda hasta el final de la senda en Moraira. Junto a la cala, visitamos la preciosa cueva des Arcs.
A la cala se llega por la carretera que sube a las urbanizaciones “Cumbres del Sol”. A mano izquierda hay un desvio que baja hasta la playa. Hay un aparcamiento en el desvio, otro abajo y además se puede aparcar en el lateral de la bajada. El aparcamiento de abajo es pequeño y estará lleno si no se madruga, ya que es una zona muy concurrida. Mientras los conductores buscan sitio para aparcar, vamos subiendo por el arcén de la carretera principal, unos 100m. hasta el punto de inicio, una senda que nace a la izquierda de la carretera y que se identifica por el panel informativo de la ruta allí instalado.
Subimos el corto y empinado repecho y en 100m. la senda hace una curva a la derecha para avanzar bajo los acantilados, ciñendose a las paredes rocosas, con el mar a la izquierda.
La primera de las cuevas que encontramos es Cova de les Morretes: construida con piedra seca y mortero tiene 3 estructuras: vivienda, horno para cocer pan y pesebre para los animales. A su derecha una abertura en la roca que también podría ser un buen punto para otear el mar. Buenas vistas de la Cala Moraig.
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A
lo largo del recorrido encontramos diferentes cuevas-refugio adosadas a
las paredes del acantilado. Datan de finales del XIX y principios del
XX. Los usuarios ocasionales de estas cuevas eran pescadores y
agricultores que acudían a cultivar las pequeñas franjas de tierra de
esta zona. También fueron utilizadas por contrabandistas que esperaban
ocultos la llegada de laúdes o balandros cargados de tabaco, telas… Las
cuevas todavía conservan el nombre de sus propietarios.
La primera de las cuevas que encontramos es Cova de les Morretes: construida con piedra seca y mortero tiene 3 estructuras: vivienda, horno para cocer pan y pesebre para los animales. A su derecha una abertura en la roca que también podría ser un buen punto para otear el mar. Buenas vistas de la Cala Moraig.
La siguente es la cueva de Domingo l´Abiar: tiene 3 muros de piedra seca que cierran la cavidad formada por la pared rocosa del acantilado. Delante de la entrada una roca cierra un espacio que se solía proteger del sol con una lona. Continuamos bajo las murallas de roca. Abajo podemos ver la pared vertical de la Falla del Moraig.
Llegamos a la Cova Pepet del Morret :Una pared de piedra seca cierra un espacio muy reducido sobre la roca. Al lado de la cueva hay un espacio delimitado con rocas desprendidas del acantilado, donde se hacia fuego y unas piedras hacen de mesa y de sillas.
Y a poca distancia cogemos un corto desvio para ver la Cova Toni el Senyalat: Era una de las cuevas más amplias. Un lienzo de piedra seca cierra una cavidad natural de 8 x 3,5m. El suelo de la cueva presenta diferentes niveles habilitados con márgenes de piedra.
Nos vamos aproximando a punta l´Aldera, donde ya tenemos vistas completas de la cala Llebeig y comienza el descenso.
Aquí está la ultima cueva del recorrido, Cova del Morro del Bou, ubicada a los pies de dicho morro y cercana ya a Cala Llebeig. Una pared de piedra seca cerrando una cavidad natural. Delante de la cueva habia un espacio protegido por la pared para hacer fuego.
Descendemos, atravesando el barranco de la Viuda. Cala Llebeig tiene una playa salvaje y unas casitas de pescadores. La playa es de cantos cubiertos de montones de algas secas traidas por el oleaje. Nos ponemos las cangrejeras y disfrutamos de las olas, especialmente los niños.
Regresamos al punto de inicio por el mismo recorrido y bajamos caminando por la carretera hasta la cala.
Al final de la carrretera a mano derecha hay unas escaleras que entran una preciosa gruta: la cova dels Arcs: una de las cavidades marinas más importantes de la costa alicantina. La cueva está comunicada con el caudal submarino del Riu Blanc (o riu del Moraig). Este rio subterraneo, ramificado en diferentes bifurcaciones, galerias y pozos, constituye, junto al de la isla griega de Kephalina, un fenómeno hidrogeológico único en el mundo. Las investigaciones realizadas concluyen que el agua se introduce por el sumidero de la Cova dels Coloms, en el Morro de Toix (situado entre Altea y Calp), atraviesa el sistema acuífero de la depresión de Benissa a través de aproximadamente 20 km de conductos cársticos, y resurge aquí junto a la pared vertical de la falla del Moraig. Las exploraciones realizadas por espeleólogos submarinistas han permitido reconocer unos 2 kilómetros de estos conductos.
Tambien se puede visitar la falla del Moraig, que vimos desde arriba durante la ruta. Discurre
paralela a la cala, pasa por la cova dels Arcs y llega hasta el mar.
Bajando del aparcamiento de la cala, antes de llegar a la cova dels
Arcs, parte un sendero a la derecha que conduce hasta la superficie de
la falla. Se trata de una pared rocosa estriada casi vertical. Al final
de la barandilla de la senda que conduce a la falla se observa la laguna
de salida del Riu Blanc (surgencia submarina por la que descarga el
acuífero de Benissa). Nosotros la dejamos para otra ocasión, los niños están ansiosos de playa y de una buena paella en el chiringuito.
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