domingo, 4 de noviembre de 2018

Argovejo - Hayedos y Hoz de la Escalera

Ruta circular
distancia: 6,1 Km.
desnivel: 403 m.
altitud min: 1067 m.      altitud max: 1443 m.
dificultad: Media
Recorrido con pasos aéreos y un destrepe de 3m. con cierta dificultad 

Ruta circular desde el pueblo de Argovejo que recorre un hayedo siguiendo el curso del río Achín, atraviesa la agreste Hoz de las Escaleras y retorna por las praderas del Puerto de Tejedo para descender al pueblo  atravesando el hayedo de Las Barriaticas.

Un precioso rincón que descubrimos por casualidad: Regresabamos a Madrid y queríamos  aprovechar la mañana
con un último paseo otoñal. Arbovejo tenía hayedos y nos pillaba de paso. Después de asomarnos a la hoz, nos cautivó y decidimos ampliar la ruta  haciendo esta circular que es una versión reducida del track en wikiloc de RubAlvarez

Punto de inicio de la ruta: el pueblo de Argovejo perteneciente al municipio de Crémenes, en la provincia de León. Bajando por la N-621 desde Riaño, a la entrada de Crémenes hay un desvío a la izquierda por una carretera que cruza el río Esla y en 2,4 Km. finaliza en Argovejo. Continuamos por la calle Mayor hasta el centro del pueblo,  a la derecha la calle cruza el arroyo de Llampas, que pasa por mitad del pueblo dividiendolo en 2 partes. Aquí podemos encontrar espacio para aparcar junto a la fuente. Comenzamos la ruta a pie caminando hasta el final del pueblo, dejando el arroyo a nuestra izquierda.


(0,3Km.) A la salida del pueblo, a la derecha de unas viejas compuertas para represar el arroyo, nace una pista de tierra. Es el camino del Llampas, que avanza entre muros de piedra de las fincas colindantes.

(0,5 Km.) Llegamos a una bifurcación, seguimos por la derecha el camino de la Trapa, que recorre el valle del mismo nombre.



(0,7 Km.) Desvío a la derecha hacia peña Arrionda y Tejedo que ignoramos. Seguimos de frente por la pista, que pasa por encima del arroyo de la Trapa, quedando ahora a nuestra derecha. Unos metros más adelante vemos un pequeño salto de agua de este arroyo. Estamos entrando en el valle de la Trapa y el paisaje es prometedor, peñascos y un alegre y variado colorido otoñal.  





(1,2 Km.) Abandonamos el camino de la Trapa cogiendo un desvío a la derecha hacia el Hayedo del río Achín. En escasos 100m. cruzamos por segunda vez el arroyo de la Trapa, esta vez para alejarnos de él.


(1,5 Km.) Nos topamos con el murallón rocoso que prolonga la Peña de los Avellanales. Una pared vertical cortada por una gran brecha por la que discurre el pequeño río Achín y la senda que nos introduce en un hayedo.



La senda asciende junto al río, escaso de agua pero con mucho encanto. El cauce del río está ocupado por grandes piedras redondeadas por el agua y forradas de musgo, lo mismo que los troncos de las hayas más cercanas al río. Los chorrillos de agua forman alegres  saltos entre las rocas. Es un paraíso para los fotógrafos. Me pasaría horas en este lugar  para poder hacer buenas fotos con trípode, pero me tengo que conformar con tomar unas instantáneas apresuradas según vamos subiendo.




(1,9 km.) Un indicador de madera clavado en el tronco de un árbol señala un desvío a la izquierda, cruzando el río, hacia “ Peña Acebedo , hayedo Acebedo y tejos milenarios”. Seguro que es un recorrido interesante, que anoto para futuras ocasiones. Nosotros continuamos de frente, seguimos subiendo junto al río Achín y recorriendo el hayedo.



(2,2 Km.) Llegamos a un punto en que el río se encajona en las estrecheces y escalones de la hoz. No es posible ( o no sería fácil) continuar el curso del río.  Una flecha roja pintada en una roca y puntos rojos pintados en los troncos de los árboles marcan una subida por la pronunciada ladera a nuestra izquierda.  Este sería el momento de retornar, hemos cumplido nuestro objetivo de dar un corto paseo por el hayedo y además solo hemos traído algo para picar. Por la mañana no hemos encontrado donde comprar pan, ni en Argovejo ni en Crémedes, por lo que pensábamos comer en el bar del pueblo. Pero la curiosidad me puede y subimos la pendiente, acompañados de las protestas de los niños, para asomarnos a la hoz. 



 (2,5 km.) Saliendo del bosque, alcanzamos una repisa y nos quedamos atónitos con  las vistas de la hoz. Los crestones calizos que se desploman desde la Peña Cebedo encajan con los que descienden del Puerto de Tejedo como si formaran una  cremallera, muy próximos entre sí y encajonados, impidiendo ver el fondo de la hoz. No parece fácil recorrer este paraje. Por fortuna, tengo un track y he leido que no es complicado atravesar la hoz. Decidimos continuar, aunque se nos haga tarde, ya comeremos un bocadillo a la vuelta.
La senda sigue ascendiendo por la ladera en dirección al canchal de piedra suelta que hay que atravesar. Aunque esta pedrera es bastante vertical y requiere ser cuidadosos para evitar resbalones o caídas, cruzarla es más sencillo de lo que parecía desde abajo, y se ve claramente el sendero que la atraviesa.




(2,7 Km.) Llegamos junto al peñote coronado por una sabina que se veía desde abajo. Nos tomamos un respiro bajo las hayas. Y continuamos un corto trecho ganando altura y gozando del paisaje.





(2,9 Km.) El sendero comienza a descender y se ciñe a la pared rocosa a nuestra izquierda. Luego baja por la roca finalizando con un destrepe de unos 3m. que los niños bajan como lagartijas pero yo tengo que arrastrar el culo para llegar al final. Esta pequeña bajada es la mayor dificultad que vamos a encontrar en la hoz.


Destrepe visto desde abajo


(3,1 Km.) Entre la pared que hemos dejado atrás y la siguiente hay un corredor que con tiempo podríamos haber investigado. Ya estamos casi en el fondo de la hoz, hago unas últimas fotos del desfiladero antes de abandonarlo.



(3,3 Km.) Hacemos un giro de 90º hacia la derecha en nuestra trayectoria. Cruzamos a la otra orilla del río que en este punto cercano a su nacimiento parece un modesto arroyo y comenzamos a subir la ladera. Volviendo la vista atrás , de izquierda a derecha tenemos Peña Cebedo, Pico Cerroso, el collado de Argovejo y Peña Rionda.



(3,6 Km.) Alcanzamos el collado. Seguimos de frente recorriendo las praderas del Puerto Tejedo. A nuestra izquierda quedan el Pico Roscas y Aguasalio.




(4 Km.) El Contadero. Se trata de un paso estrecho de la vereda por la que accedían los rebaños de merinas trashumantes al puerto de Tejedo. Al estar rodeado el camino de peñascos,  las ovejas se veían obligadas a atravesar este estrecho tramo en fila india, lo que permitía al pastor aprovechar el momento para censar el rebaño y comprobar que ninguna res había quedado rezagada o se había perdido. Esta operación se repetía de regreso a las dehesas extremeñas en septiembre o principios de octubre. Antes de cruzar el contadero podemos mirar a través de un curioso "catalejo" de madera, que apunta al Pozo de la Nieve., un profundo agujero en la ladera del Pico Roscas.
Desde el Contadero se desciende a una pradera en una suave hondonada donde empezamos a seguir las marcas blanca y amarilla del  PR LE-50.




(4,3 Km.) Vistas encaramándose a unas rocas y entrada al hayedo de las Barrieticas (o Barreticas, dependiendo del mapa consultado). Este hayedo, diferente del que vimos al comienzo e igualmente hermoso, tiene ejemplares más altos y es más tupido y umbrío. Cubre la ladera norte del pico Aguasalio, por donde vamos a descender.






(5 Km.) Salimos de la espesura del hayedo y bajamos por una canal con vistas a las montañas del entorno.Trás atravesar una endeble alambrada nos vamos yendo a la izquierda para seguir descendiendo por el barranco contiguo.









(5,7 Km.) Desembocamos en el camino de los Barriales. En este punto se puede seguir el camino hacia la izquierda  y coger el primer desvío que encontramos  a la derecha para llegar al pueblo, dibujando una amplia lazada.
Nosotros nos fuimos por el camino hacia la derecha, y a los 200m.,  al  ver que daba mucha vuelta, atajamos colina abajo hacia el pueblo.


  Han sido poco más de 6 km. de ruta pero muy intensos y variados, incluyo algunas fotos de detalles encontrados en el camino:




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2 comentarios:

  1. Hola Nuria.

    A veces estás rutas improvisadas son las que mejor sabor de boca dejan. Sin duda como bien dices es un recorrido corto pero intenso y de gran belleza, con los dos tramos de hayedo, el río y la hoz, con la suerte de que se puede alargar visitando otros lugares.

    Un saludo

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    1. Hola Eduardo,
      Así fue. Nos volvimos a Madrid encantados con el paseo. Hay veces que preparas mucho una ruta y luego te decepciona. En esta ocasión nos encontramos con un recorrido que nos dejo buen sabor de boca y también ganas de volver por León.
      un saludo, y que todos sigamos este año con buenas experiencias en la montaña!

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