distancia: 7,2 Km.
desnivel: 250 m.
altitud min: 1397 m. altitud max: 1621 m.
dificultad: Baja
Ruta circular por el hayedo de Tejera Negra siguendo el recorrido de la Senda Carretas.
El Hayedo de Tejera Negra se ubica en el término municipal de Cantalojas, provincia de Guadalajara, en la vertiente este del macizo de Ayllón (Sistema Central), limitando con la provincia de Segovia.
En 1974 fue declarado Sitio Natural de Interés Nacional y en 1978 Parque Natural. Actualmente se encuentra integrado dentro del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, declarado en el año 2011.
La importancia de este hayedo radica en su localización, en el centro peninsular, ya que los hayedos son más característicos de las montañas húmedas situadas más al norte de estas latitudes . Los hayedos de Tejera Negra , Montejo de la Sierra (Madrid), Riofrío de Riaza (Segovia) y puertos de Beceite (Tarragona) son los que se encuentran más al sur de la península ibérica. Su presencia en la zona centro de España se debe a que son bosques relícticos, que se establecieron en épocas anteriores en las que el clima era más frío y húmedo que en la actualidad, y que se han conservado en los valles más umbríos, donde la topografía favorece la formación de nieblas y mayores precipitaciones. Además de hayas en este bosque hay masas de roble melojo y pino silvestre (de repoblación) . De forma aislada o en pequeños grupos podemos encontrar tejos (anteriormente más extensos y que dieron nombre al hayedo, por su oscuro color verde), acebos, abedules, serbales, arces, mostajos y olmos de montaña.
Para realizar esta ruta es necesario tener plaza en el aparcamiento del parque. La reserva previa se realiza por internet en la página web:
https://hayedotejeranegra.castillalamancha.es/ventaenlinea/indexHTN.html
Hay otras 2 rutas señalizadas en el parque que no necesitan reserva ya que parten del Centro de Interpretación:
Senda del Robledal – 17Km. y Senda del Zarzas en bicicleta - 21 Km
Incluyo mapa sacado del folleto del parque con las rutas autorizadas:
Para llegar al punto de inicio: desde el pueblo de Cantalojas (Guadalajara) sale una pista asfaltada que nos conduce en 2,5 Km. hasta el centro de interpretación. Después hay otro tramo asfaltado de unos 2 Km. hasta cruzar el puente sobre el rio Lillas seguido de otros 6 km. por pista de tierra hasta llegar al aparcamiento del Hayedo.
Llegando al hayedo el paisaje que encontramos es un valle fluvial con vegetación de robledal y pinar silvestre de repoblación, matorral de diversas especies y praderas junto al río. Las hayas están localizadas al fondo del valle. El paraje comprende el tramo alto de los ríos Lillas y Zarzas, con una disposición más o menos en paralelo. Sus cabeceras están flanqueadas por crestas con altitudes entre 1900 y 2000m. Paramos en la pista de tierra, antes de llegar al aparcamiento, para fotografiar este valle.
Desde el aparcamiento, nos dirigimos hasta los paneles informativos. Junto a la fuente de piedra comienza la senda Carretas señalizada con balizas de color blanco. La senda se denomina así porque se utilizaba para transportar en carros el carbón producido en el hayedo. Comenzamos ruta por el pastizal, con el pinar a nuestra izquierda y el río Lillas a nuestra derecha. Vemos algunas hayas aisladas.
(1,6 Km.) Cruzamos por una sencilla pasarela el pequeño arroyo de las Carretas que baja a morir en el río y giramos a la izquierda. Las senda sube muy suavemente por el fondo de un barranco, entre robles y algunas hayas dispersas.
(2,3 Km.) Después de cruzar de nuevo el arroyo, esta vez por un puente de madera, llegamos junto a “La Carbonera”, una reproducción de las antiguas carboneras utilizadas durante siglos para obtener carbón a partir de la madera. Es una estructura tradicional formada por pilas de leña cubiertas de hojarasca y tierra. Hasta hace no mucho en esta zona se apilaban los restos de la tala y la poda de los árboles para después obtener carbón vegetal. Una de las ventajas de esta técnica para crear carbón era que las carboneras, también llamadas “parvas” o “boliches” , podían construirse en cualquier lugar sin necesidad de transportar maquinaria.
El camino continúa subiendo pegado al arroyo bajo un bosque tupìdo de altos pinos y hayas.
(2,5 Km.) Cruzamos un tercer puente. El camino continúa subiendo pegado al arroyo bajo un bosque tupìdo de altos pinos y hayas.
(2,9 Km.) Cruzamos un último puente y la senda se va hacia la derecha alejándose del arroyo. La pendiente se acentúa hasta llegar a la pradera. Esta es la parte más dura de la ruta. Empezamos a encontrar nieve, el firme es más irregular, con mucha piedra. El camino está embarrado y muy resbaladizo. En los claros del bosque podemos ver el Alto del Hornillo, cubierto con una fina capa de nieve. Los árboles que están a más altura blanquean y brillan al sol con el hielo que cubre las agujas de los pinos y las hojas y ramas de hayas y robles.
(3,2 Km.) Salimos del bosque a la pradera de Matarredonda, la cota más elevada de la ruta.
(3,4 Km.) Me voy hasta el final de la pradera, alejándome lo suficiente para ver con perspectiva las cimas de las montañas por cuyas faldas hemos subido y también para asomarme al valle del río Lillas. En este mirador tenemos unas vistas panorámicas completas.
Iniciamos el regreso, continuando la senda Carretas que sigue ahora a más altura que en la subida. Un colorido serval a la entrada de la pradera está justo a la izquierda de la senda.
(4 Km.) Cruzamos el arroyo y seguimos por una zona donde abundan el brezo a los lados del camino y los robles, que con sus tonalidades amarillas y tostadas están tan bonitos como las hayas. Vemos al frente el alto del Hornillo. Poco a poco, los robles van dando paso a los pinos y las hayas.
(4,9Km.) Unos metros por debajo del camino hay un tejo de buen tamaño.
Encontramos bonitos ejemplares de hayas pero no son muy grandes. Este hayedo fue talado a mata rasa al menos en dos ocasiones (1860 y 1960). Por ello, los ejemplares que encontramos son relativamente jóvenes, procedentes de rebrotes, aunque en algunas zonas existen ejemplares de más de 300 años. En todo caso, no son ejemplares de gran porte. Aunque las condiciones peculiares del parque han permitido al hayedo sobrevivir durante miles de años, las hayas no se encuentran aquí en su óptimo ecológico, y no pueden alcanzar lo 40m. que llegan a adquirir en condiciones propicias.
Encontramos bonitos ejemplares de hayas pero no son muy grandes. Este hayedo fue talado a mata rasa al menos en dos ocasiones (1860 y 1960). Por ello, los ejemplares que encontramos son relativamente jóvenes, procedentes de rebrotes, aunque en algunas zonas existen ejemplares de más de 300 años. En todo caso, no son ejemplares de gran porte. Aunque las condiciones peculiares del parque han permitido al hayedo sobrevivir durante miles de años, las hayas no se encuentran aquí en su óptimo ecológico, y no pueden alcanzar lo 40m. que llegan a adquirir en condiciones propicias.
(5,6 Km.) Llegamos a una bifurcación, por la izquierda el camino nos lleva de regreso al aparcamiento. Es el camino que vamos a seguir. El tramo que nos queda de bajada es compartido por ambas sendas, la de Carretas y la del Robledal. Si no hiciera tanto frio, seria una buena opción subir por el ramal de la derecha hasta el Collado del Hornillo y ver el paisaje desde esa altura. Esta subida ya formaría parte del recorrido de la Senda del Robledal.
(6,1 Km.) Vistas hacia las montañas que rodean la cabecera del valle.
(6,3 Km.) Pradera y colmenares.
Finalizo esta entrada con una fotos de "naturaleza helada":
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Hola Nuria.
ResponderEliminarEsta es una zona que tengo pendiente de conocer, alguna vez se me ha pasado por la cabeza ir en el día, pero la historia de tener que pedir "cita", es un aspecto que me echa para atrás, aunque sabiendo que la senda del Robledal se puede hacer desde el Centro de Intepretación, me parece una mejor opción.
En cuanto al recorrido, pues poco que decir, caminar por un hayedo en otoño es una experiencia que hay que intentar hace por lo menos una vez al año y si se puede más mejor. Muy bonito el recorrido, que además pillasteis con una buena explosión de color, que además con el blanco de la nieve, le da más belleza aún.
Se nota en las fotos que hacía frío, pero viendo la cencellada de las fotos finales, buff son de esos días que cuesta ponerse en marcha.
Un saludo
Hola Eduardo,
EliminarA mi me pasa igual con lo de las citas, hay que pedirlas con demasiada antelación y llegado el dia puede hacer un tiempo horrible y se te chafan los planes. En este caso, creo que merece la pena hacer la senda del robledal ampliandola con la senda Carretas. Un poco larga, unos 20km., pero evitas la reserva y ves los dos bosques, robledal y hayedo, y el recorrido por el valle junto al río será muy agradable.
La provincia de Guadalajara tiene rutas muy bonitas, pero la tenemos poco pateada. Aunque están cerca de Madrid en Kms., el tiempo del trayecto en coche suele superar las 2h., y ese es nuestro límite para hacer rutas en el dia. Mas de 4h entre ida y vuelta en coche se nos hace pesado. Esta vez valió la pena el viaje porque pillamos el bosque muy colorido, pero no siempre tenemos tanta suerte. Solemos aprovechamos el puente de los Santos y el de la Almudena (9 de noviembre, festivo en Madrid) para salir a ver el otoño, unos años lo vemos ya pasado y otros le falta unos dias para estar en su punto o está deslucido por la falta de lluvias. La otoñada del 2018 ha estado especialmente bonita, la hemos disfrutado mucho, aunque pasando un poco de frio por las primeras nevadas de principio de noviembre, jejeje!
Un saludo,
Hola Nuria.
ResponderEliminarUn precioso hayedo con colores otoñales y encima tapizado de nieve, más no se le puede pedir a una jornada de monte!!. Preciosas fotografías, en las que has logrado capturar la magia del lugar.
En 2017 subimos a la Buitrera desde la Ermita de Hontanares, y por circunstancias que no vienen a cuento al final no hicimos el cordal entero, que era el plan inicial. Me quedé con las ganas, y como he visto que se puede subir a él por Tejera Negra, puede que el día que vayamos a visitar este bosque matemos dos pájaros de un tiro.
Gracias por compartir!!
Un saludo.
Hola Dani,
EliminarGracias por tu comentario! A nosotros nos pasó parecido, a finales del 2016 subimos desde la ermita para seguir el cordal, y aunque llegamos a pasar el Portillo de los Lobos y subir a la siguente cima, no alcanzamos a asomarnos al hayedo. Nos quedamos a nada de la Buitrera que es donde empezará a verse. Atravesar el hayedo y subir a las cimas tiene que ser una ruta preciosa. Yo habia pensado en una circular subiendo por el hayedo hasta el Alto del Parrejón, y luego rodear el valle por las cimas para bajar por la otra vertiente. Disfruto solo de pensarlo!.En otoño estará fantástica. Antes de que nieve, porque ya has visto en las fotos el frio que puede hacer por allí.
Un saludo,