distancia: 17 Km.
desnivel: 858 m.
altitud min: 761 m. altitud max: 1774 m.
dificultad: Alta
Ruta circular desde El Tranco que sube hasta el Prao Peluca para remontar el arroyo de los Poyos y el arroyo de la Ventana y luego acceder al Callejón de las Abejas. Continúa saliendo del callejón por el collado de la Aguja del Sultán, pasa junto a 2 pinos centenarios y continúa a media ladera hasta conectar con el PR-M2 para la bajada.
El Callejón de las Abejas es un barranco de escasa longitud pero muy intenso. Empinadísimo y salpicado de obstáculos, su ascenso es penoso y sufrido. Nuestra intención era iniciar la marcha en Canto Cochino y subir todo el Callejón de las Abejas hasta la linea cimera, para hacer una circular por lo alto del Circo de la Pedriza Posterior. Pero llegamos cuando acababan de cerrar la barrera de la carretera que lleva a Canto Cochino (conviene llegar antes de las 9:00h.) y tuvimos que ir hasta el Tranco y subir por la Garganta Camorza, lo que suma 5 Km a la ruta circular y 200m. más de desnivel. Finalmente, cambiamos el recorrido previsto desviandonos por el collado de la aguja del Sultán, sin llegar a la cresta cimera, y descubrimos interesantes rincones que quizás no hubieramos conocido de otra forma.
Para llegar al punto de inicio, El Tranco: Llegamos en coche a Manzanares el Real y lo atravesamos por la avda de la Pedriza. Unos metros antes del inicio de la calle del Tranco, que nace a la izquierda de esta avenida, está el parking de la Pedriza en el arcén derecho de la carretera. Aparcamos y vamos caminando por la calle del Tranco hasta llegar al último aparcamiento (que se llena temprano) , al lado del restaurante casa Julián, y comenzamos la subida por la Garganta Camorza con el rio Manzanares a nuestra izquierda.
(2,2 Km) Pasamos junto a un pequeño chiringuito, que siempre hemos visto cerrado. Esta vez también está cerrado pero tiene preparadas las mesas y las sillas de terraza, aunque estamos en pleno invierno. Seguimos subiendo con el río Manzanares a nuestra izquierda. Pasamos junto a la desembocadura del arroyo de la Majadilla en el rio Manzanares, a partir de aquí el río se va hacia la izquierda y nuestro sendero sigue paralelo al arroyo.
(2,8 Km.) Pasamos de largo el puente sobre el arroyo. Cruzando este puente seguiríamos por la Autopista, pero ya la recorreremos de regreso. La subida la hacemos por una sendael paralela a la Autopista, por este otro lado del arroyo. Pasamos por la derecha de la Escuela Taller, luego atravesamos la pradera del Pradillo. Esta senda es más estrecha e incómoda que la Autopista. Se nota que está mucho menos transitada. Los tupidos jarales estrechan a menudo las zonas de paso. Caminamos lo más rápido que nos permite el terreno, intentando recuperar el tiempo perdido, y apenas tengo tiempo de sacar alguna fotografía. (En un futuro documentaré con detalle este tramo del cordal)
(3,7 Km.) Rodeamos por la izquierda un peñasco. Nos mantenemos cerca del arroyo, evitando los ramales que bajan hasta la misma orilla del agua.
(4,4 Km.) Salto de agua en el arroyo. Seguimos la senda hasta que vemos el refugio Giner arriba, casi al frente.
(2,8 Km.) Pasamos de largo el puente sobre el arroyo. Cruzando este puente seguiríamos por la Autopista, pero ya la recorreremos de regreso. La subida la hacemos por una sendael paralela a la Autopista, por este otro lado del arroyo. Pasamos por la derecha de la Escuela Taller, luego atravesamos la pradera del Pradillo. Esta senda es más estrecha e incómoda que la Autopista. Se nota que está mucho menos transitada. Los tupidos jarales estrechan a menudo las zonas de paso. Caminamos lo más rápido que nos permite el terreno, intentando recuperar el tiempo perdido, y apenas tengo tiempo de sacar alguna fotografía. (En un futuro documentaré con detalle este tramo del cordal)
(3,7 Km.) Rodeamos por la izquierda un peñasco. Nos mantenemos cerca del arroyo, evitando los ramales que bajan hasta la misma orilla del agua.
(4,4 Km.) Salto de agua en el arroyo. Seguimos la senda hasta que vemos el refugio Giner arriba, casi al frente.
(4,6 Km.) Vamos moviendonos hacia la izquierda, alejandonos del refugio y dejandolo a nuestra espalda. Salimos del jaral en dirección a la pradera que hay junto al arroyo. La atravesamos en busca de la sombra de un pino de buen tamaño que está junto a unas rocas. Aquí podemos sentarnos y descansar unos minutos. Buenas vistas hacia El Pájaro.
(5 Km.) Cruzamos el arroyo por la pasarela de madera para irnos hacia la derecha siguendo el PR-M2. Este camino asciende y se arrima al arroyo de la Poyos. (NOTA: en algunos mapas, en este punto ya lo denominan arroyo de la Ventana, pero voy a guiarme por los que he leido en libros de la editorial Desnivel: “ el arroyo de los Poyos hace de colector general de los pequeños arroyos de la Pedriza Posterior, y desciende hacia el sur para unirse al arroyo de las Dehesillas, cerca del refugio Giner, dando lugar al arroyo de la Majadilla”. Según este párrafo, el arroyo de la Ventana solo es tal hasta unirse al de los Poyos.)
(5,8 Km.) Nos salimos del camino hacia la derecha para cruzar el arroyo. Como baja con poco caudal podemos vadearlo pasando de piedra en piedra. Si el paso estuviera difícil, unos metros más arriba hay una pasarela de madera, junto a unas bonitas pozas, por donde cruzar sin riesgos. La senda sigue ganando altura, manteniéndose cerca del arroyo, que queda ahora a nuestra izquierda. A la derecha nos siguen acompañando el conjunto de riscos del Pajaro. Luego la senda va entrando en un tupido pinar de repoblación, de pinos altos y rectos.
(6,4 Km.) Pasamos el punto donde se unen el arroyo de los Poyos y el de la Ventana formando unos agradables saltos de agua. Este último es el que ahora nos acompaña en la subida, en dirección al collado de la Ventana.La pendiente se hace más dura. Ignoramos un desvío a la izquierda que lleva a Los Llanitos.
(7,1 Km.) Un poco antes de que el sendero comience a hacer zetas, hay un desvío a la izquierda, señalado con hitos, que baja a cruzar el arroyo de la Ventana. Un pino caído atraviesa el arroyo a modo de puente, totalmente innecesario en estas fechas ya que solo baja un modesto reguero. Subimos hacia el bosquecillo y vamos repechado para introducirnos por el Callejón de las Abejas.
(7,3 Km.) A la izquierda tenemos la figura de el Caracolillo, desde esta perspectiva lo que mejor se aprecia es su gran cabeza. Mirando atrás, hago zoom al conjunto de riscos del Pajarito, la Campana, el Carro del Diablo. Con paso corto y lento progresamos por la senda de fuerte desnivel y marcada con hitos, zigzagueando entre rocas, matorrales y árboles.
(7,3 Km.) A la izquierda tenemos la figura de el Caracolillo, desde esta perspectiva lo que mejor se aprecia es su gran cabeza. Mirando atrás, hago zoom al conjunto de riscos del Pajarito, la Campana, el Carro del Diablo. Con paso corto y lento progresamos por la senda de fuerte desnivel y marcada con hitos, zigzagueando entre rocas, matorrales y árboles.
(7,4 Km.) A la izquierda, por encima de los pinos, seguimos identificando riscos : Uno bautizado con el extraño nombre de “ Risco sin NIF” . Por encima de él sobresale la aguja conocida como “El Sarcófago” o “Risco del Uno”·
(7,5 Km.) Trepada por la izquierda de un monolito. Poco a poco, vamos ganando visibilidad, a nuestra izquierda los riscos del cordal desciende hasta el Pájaro. Las Dos Torres, claramente identificables por las grandes manchas blanquecinas provocadas por los excrementos de los buitres.
(7,7 Km.) Pasamos pegados al Risco del Callejón, por lo que es difícil de fotografiar. Amplia panorámica hacia la vaguada por la que hemos ascendido y los riscos que la rodean. Al frente Cantocochino y por detrás la Sierra de los Porrones.
Nos acercamos junto a un pino solitario en mitad del callejón. Enfrente se alzan las paredes del Cocodrilo, un rotundo conglomerado de rocas que desde este punto dibujan en una forma triangular, el morro levantado hacia el cielo de un gran cocodrilo. A sus pies, las elegantes y estilizadas formas de “las Damas” y el curioso risco “el Balcón”.
Nos acercamos junto a un pino solitario en mitad del callejón. Enfrente se alzan las paredes del Cocodrilo, un rotundo conglomerado de rocas que desde este punto dibujan en una forma triangular, el morro levantado hacia el cielo de un gran cocodrilo. A sus pies, las elegantes y estilizadas formas de “las Damas” y el curioso risco “el Balcón”.
(7,8 Km.) A nuestra izquierda, entre 2 bloques de canchales hay un amplio portillo. El canchal de la izquierda es de color oscuro, el de la derecha de color más claro y rosado, con tintes verdes por los líquenes que abundan en sus rocas. Enganchados al mínimo substrato que pueda haber entre las rocas, consiguen sobrevivir unos pinos y algún árbol. El risco de la derecha esta coronado por la Aguja del Sultán, aunque no se ve aguja alguna. Parece un bloque de roca apoyado sobre los que están debajo. La fisionomia de este risco varia completamente dependiendo de la posición desde la se observe. Desde aquí parece un bloque compacto. Nos vamos yendo hacia la izquierda para salir del Callejón de las Abejas por el portillo. Hay que subir un buen el repecho. No puedo evitar echar unos últimos vistazos al callejón que abandonamos.
(8,1 Km.) Estamos bajo la Aguja del Sultán, que se nos muestra como un enorme monolito enhiesto, haciendo honor a su poético y mesurado nombre. Esta torre preside una sucesión de bloques de menor altura que se despliegan ligeramente inclinados hacia el Callejón de las Abejas. A la izquierda de la aguja sube el canal de de la Esfinge.
De frente, en el sentido de la marcha, tenemos un canchal que cierra el paso y que tenemos que atravesar triscando por el roquedal. Desde estas alturas alcanzamos a ver las Milaneras y la Sierra de los Porrones.
Bajamos de las rocas, y pisando suelo firme, nos desviamos brevemente para subir a nuestra derecha y acercarnos al hermoso ejemplar de pino centenario que domina sobre los demás. Retornamos a la senda buscando los hitos que nos llevan a los 3 Hermanitos.
(8,6 Km.) Estamos en la base del segundo Hermanito. Pegado a él está el Tercero. El primer Hermanito lo encontramos unos metros más abajo. Rodeamos los Hermanitos por la derecha para llegar junto a otro magnífico ejemplar de pino centenario.Más escondido y apretado entre rocas y vegetación, sus ramas más bajas caen por su peso y se clavan en el suelo, como si fueran enormes raices. El primer Hermanito se divisa, a lo lejos, desde este pino.
Los 2 pinos centenarios que hemos visto son ejemplares de pino albar o pino silvestre (Pinus sylvestris) . Es una especie de crecimiento rápido, por lo que la edad de los ejemplares gruesos suele ser inferior al de otras especies que crecen más despacio como robles, alcornoques o tejos. En este caso, los 2 tienen una edad considerable, a este último se le conoce como “el Abuelo” y puede ser el más viejo de toda la Pedriza.
Los 2 pinos centenarios que hemos visto son ejemplares de pino albar o pino silvestre (Pinus sylvestris) . Es una especie de crecimiento rápido, por lo que la edad de los ejemplares gruesos suele ser inferior al de otras especies que crecen más despacio como robles, alcornoques o tejos. En este caso, los 2 tienen una edad considerable, a este último se le conoce como “el Abuelo” y puede ser el más viejo de toda la Pedriza.
Nos introducimos en el pinar donde encontramos unas rocas cómodas para comer. Y seguimos ruta a la sombra de los pinos.
(9,7 Km) Conectamos con el PR-M2 que baja desde el Collado del Miradero hasta Canto Cochino. Desciende por bosque, en buena parte del camino junto a arroyo de los Poyos y entre grandes bolos de rocas. Vemos varios vivac.
(10,4 Km.) Llegando a los Llanos salimos del bosque. El borde de una gran roca que tenemos que destrepar es un estupendo mirador del entorno y de los roquedos por los que vamos a descender. El arroyo baja con nosotros escurriendo entre las rocas.
(11,2 Km.) A la altura del risco de los Llanitos, dejamos a la izquierda un canchal aislado junto a unos pinos para dibujar una amplia lazada que nos lleva a cruzar una planicie rocosa (11,5 Km.) y a continuación pasamos por Cuatro Caminos.
(12,5 Km.) Llegamos junto a la pasarela, unos metros más abajo hemos cruzado el arroyo esta mañana. Seguimos bajando pasando por el Llano del Peluca y por el tramo del PR-M2 conocido como la Autopista. Pasamos junto a la Escuela Taller de Canto Cochino y nos vamos a la izquierda, al puente que cruza el arroyo de la Majadilla para terminar el descenso hasta el Tranco por el mismo camino por el que subimos.
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Hola Nuria.
ResponderEliminarGuau!, que maravilla de recorrido, sin duda La Pedriza es uno de los mejores talleres de escultura natural de Europa, que los de la capital tenéis la suerte de poder disfrutar a menos de una hora en coche de casa.
Yo cuando estuve veo que anduve cerca, pero desde la Autopista cogimos el sendero que sube hasta el collado de la Ventana. Como bien apuntas, el Callejón de la Abejas, es corto pero intenso, intenso no solo por sortear los obstáculos, sino también por la gran cantidad de figuras pétreas que se acumulan en este tramo y las que se pueden ver desde el.
No se cuando volveré por esas tierras, porque la próxima vez que vaya quiero conocer los bosques de Valsaín, pero sin duda cuando vaya quiero conocer este callejón de las Abejas, me ha dejado fascinado!
Un saludo
Hola Eduardo,
ResponderEliminarSi subiste al collado de la Ventana el recorrido coincide en la aproximación con esta ruta, pero es cierto que lo más interesante está a partir del callejón. Me alegra que te haya inspirado para futuras visitas a Madrid. Podrías subir por el Callejón de las Abejas y recorrer todo el circo hacia la izquierda, pasando por las Torres, la cuerda de las Milaneras... Hay tanto que ver en la Pedriza!. Es un macizo pequeño pero tan abigarrado que da para infinidad de rutas. He subido muchas veces a la Pedriza, pero me queda aún tanto por ver. Como bien apuntas, me siento afortunada por tener cerca este enclave tan especial.
Un saludo,
Hola
ResponderEliminar¿podrías indicarme cuáles son los obstáculos que hay en el callejón de las abejas y si alguno es realmente complicado?
Un saludo
Hola unomas,
EliminarNo hay obstaculos complicados, es mas bien la suma de todos ellos lo que hace la ruta mas cansada. Ademas del fuerte desnivel en el callejón, hay que sortear o subir por roca constantemente. Pero no hay ninguna trepada difícil. A mi se me hizo duro, pero los mas jovenes subieron con facilidad.
Un saludo,