domingo, 20 de enero de 2019

Cancho de la Cabeza

Ruta circular
distancia: 11,3 Km.
desnivel: 457 m.
altitud min: 779 m.      altitud max: 1272 m.
dificultad: Media 

Ruta circular que sube desde Patones de Arriba al Cancho de la Cabeza, punto más alto del término municipal, que goza de buenas vistas de la Sierra Norte y una panorámica completa del embalse del Atazar. La subida se realiza por la senda paralela al curso del Arroyo de Patones (senda Genaro y PR-M14) y el regreso por la senda Genaro (por un tramo de la etapa 2:El Atazar-Patones).

El acceso con coche a Patones de Arriba está restringido. Subiendo desde Patones de Abajo, pasamos bajo el acueducto del sifón de Patones y unos 25m. después hay un aparcamiento a la izquierda. No es muy grande y se llena pronto. Patones de Arriba es un pueblo muy turístico, con sus casas de pizarra es el mejor ejemplo de arquitectura negra de Madrid. Nosotros llegamos a las 10:00h. y encontramos hueco en el arcén derecho de la carretera. Si no se quiere madrugar, también se puede aparcar en Patones de Abajo y subir a Patones de Arriba por la Senda del Barranco. Iniciamos la ruta caminando  por la carretera el corto trecho queda hasta el pueblo.



Entramos en  la plaza del Llano, de frente está la iglesia de San José reconvertida en oficina de turismo. Pasamos por la izquierda del edificio, bajamos unas pequeñas escaleras para seguir por una calle que deja a la derecha el bar "El Bodegón" y  baja junto al arroyo de Patones. Nos dirigimos hacia el puente de piedra. Pasado el puente están el lavadero y la fuente, vale la pena echarles un vistazo, aunque en esta ocasión no lo hicimos. 
(0,4 Km.) Cruzamos el puente de piedra. Ignoramos el camino a la izquierda hacia Torrelaguna (GR-10) y seguimos de frente.




(0,5 Km.) Junto a un  descansadero de caballos, encontramos restos de antiguos tinados y un panel con información: "los tinados son pequeñas construcciones de planta rectangular construidas en piedra seca y que tenían cubiertas de teja. Servían de refugio a los pastores y también de almacén. Tienen una altura y tamaño suficiente para que el pastor pudiera estar de pie, guisar y dormir en un pequeño camastro. Otros tinados de mayor tamaño se usaban como almacén de material agrícola". 
También hay unos carteles informativos de la senda Genaro, una senda de gran recorrido (GR-300.). Está divida en etapas, la etapa 1, entre el Berrueco y Patones de Arriba, es la que vamos a seguir durante un rato. La senda sube por el barranco, junto al arroyo de Patones, que iremos cruzando en infinidad de ocasiones. Encontramos vegetación típica de monte bajo, como la jara, retama, cantueso y enebros.




(1,2 Km.) Ignoramos la pista forestal que sale a la derecha y continuamos de frente, dirección al Berrueco.


(2,4 Km.) Bifurcación. La senda Genaro se va hacia la izquierda en dirección al Berrueco. En este punto la abandonamos, continuamos de frente siguiendo las indicaciones del PR-14  en dirección al Cancho de la Cabeza. Seguimos cruzando el arroyo repetidas veces. De frente, la cara sur de nuestro objetivo, destacando por encima de las otras lomas.



 (3,8 Km.) Encontramos una bifurcación, son 2 ramales que se unen de nuevo unos  metros más adelante. Poco después encontramos otra bifurcación. Seguimos de frente, ignorando el ramal que se va bruscamente a la derecha.


Echando la vista atrás - barranco del arroyo de Patones
(4,1 Km.) Los muros de un antiguo corral nos sirven de asiento para un breve descanso.Unos metros después la senda desemboca en otra que seguimos por la derecha. Hemos dejado atrás el arroyo y vamos acercándonos a Peña Escrita, empezamos a divisar los primeros pinos negral. Esta zona esta repoblada con pino negro y pino silvestre. 



(4,6 Km.) Alcanzamos el collado entre Cabeza de Peña Alta y Braña Grande, junto a Peña Escrita. Un amplio cortafuegos recorre la línea de cerros separando los pinares que hay hacia el norte del monte de matorral bajo en el sur. Giramos a la derecha siguiendo el cortafuegos. 




(5 Km.) Vamos ganando altura y también vistas hacia el Pantano del Atazar, que embalsa las aguas del Lozoya. Por la zona de la Braña Grande nos acercamos a 2 afloramientos de pizarras, a la izquierda de la pista. Encaramados a la lajas mejoramos la visibilidad. A la derecha de la pista otra elevación nos ofrece buenas vistas hacia el sur.




Continuamos por la depresión que separa esta loma de la siguiente, descendiendo volviendo a subir.
(5,6 Km.)En lo alto de la loma también tenemos una buena foto hacia el pantano. Estamos ya en la línea de cumbre del Cancho de la Cabeza.



Solo nos queda un desnivel de 50m. para culminar. A la vista tenemos la cara norte del Cancho, salpicada de crestones de pizarra y con algo de nieve. La senda sube entre las placas de roca.



 

(6,2 Km.) Culminamos la subida encaramandonos al punto más alto del Cancho de la CAbeza  marcado con un vértice geodésico (1264m.). A pesar de las nubes que cubren el horizonte, las vistas son excelentes hacia la Sierra Norte y el embalse del Atazar.




Embalse del Atazar desde el Cancho de la Cabeza



Hacia el sur contemplamos el término municipal de Patones, un paisaje con cerros montañosos de alturas bajas y desordenadas tapizados de jara.Y lo que ya oteabamos en la recta final de la subida: las torres de Madrid,el cerro de San Pedro, la Pedriza, la Najarra, Sierra de la Cabrera..
Tirando de zoom se aprecian claramente las cárcavas de Patones: los terrenos constituidos por materiales arcillosos, que se deshacen fácilmente, son muy vulnerables a la erosión. El agua de lluvia produce arroyadas por estos terrenos provocando una fuerte erosión en las zonas de mayor pendiente, donde se concentran los hilos o regueros de agua, originando estos peculiares paisajes acarcavados. La presencia de  materiales más duros y por tanto más difíciles de erosionar, da lugar a curiosas formaciones en torreones o pirámides conocidas como chimeneas de hadas.





El viento azota la cumbre. Afortunadamente,  encontramos un sitio resguardado entre los muretes de pizarra donde podemos comer evitando las inclemencias del ventarrón. Antes de iniciar el regreso, hacemos las últimas fotografías hacia el embalse, embellecido ahora por el arco iris.




Iniciamos el retorno siguiendo la senda que baja hacia un poste indicador de la senda Genaro (6,6 Km). Cogemos este camino hacia la derecha y comenzamos a bajar entre pinos.
(7 Km.) Salimos del pinar, encontramos un pequeño chozo de dimensiones tan reducidas que apenas puede entrar un niño.




(7,2 Km.) Llegamos al cortafuegos conocido como las “V” y bajamos por él girando a la derecha, enseguida lo abandonamos cogiendo la senda que nace a la izquierda. La senda, que parece un canal excavado en la tierra, baja por la ladera hasta el arroyo.



(7,6 Km.) Cruzamos el Arroyo de las Cuevas y continuamos por la otra vertiente, a media ladera. Todo el barranco está cubierto por un manto de jara pringosa.
Las jaras pringosas se utilizaban antiguamente como leña para cocer el pan por su poder calorífico y el aroma que aportaba. Además era un buen aislante para los techos de los tinados. A nuestra espalda sigue destacando entre laa otras lomas el Cancho de la Cabeza.



(9 Km.) La senda pasa bajo el pico Benarejo y cruza una pista. Luego continua hacia El Cabezo, bordeandolo por la izquerda a media ladera.

(9,5 Km.) Me encaramo a lo alto de un cerrillo para mejorar la vistas hacia las Calerizas. Son unos relieves en cuesta que discurren entre la presa del Pontón de la Oliva, en Patones, y Torrelaguna. El nombre se debe a las rocas calizas que forman estos cerros. Estas rocas sufrieron un proceso de karstificación, formadose numerosas cuevas y los ríos y arroyos crearon una serie de barrancos. El canal del Jarama atraviesa estos barrancos de las Calerizas gracias a unos impresionantes sifones que constituyen una de las obras más peculiares de la zona.  Continuamos bajando por la senda hacia el pueblo.  Volvemos a divisar las cárcavas.


Vistas a Las Calerizas



 


(10,6 km.) A las afueras del pueblo, en la parte alta, pasamos entre los restos de antiguos tinados. Ya en el pueblo, recorremos su hermosas callejuelas y nos acercamos a unas eras. No son las habituales eras de hierba o tierras, están pavimentadas con losas de pizarra. Estan repartidas por la periferia del pueblo, especialmente en zonas de ladera expuestas al viento, pues así era más sencillo separar el grano de la paja. Se disponen escalonadas formando bancales. Su origen se remonta al siglo XVIII.
Finalizamos ruta bajando por la carretera hasta los coches.

Patones de Arriba





En la ruta no han llamado la atención los ejemplares de enebro rojo o de la miera: Es un arbusto perennifolio, sus hojas son finas y espinosas, de color verde claro con 2 lineas blancas. Hay ejemplares masculinos y femeninos. Es un arbusto que florece al final del invierno y durante la primavera y sus frutos(gálbulos) necesitan 2 años para madurar. Son de un color verdoso al principio y posteriormente rojo o pardo-rojizo. Hemos encontrado ejemplares con flor y otros con frutos en diferentes estadios de maduración.




Páginas de referencia:

http://turismo.patones.net 


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