Cascada del cinca- Faja Tormosa

ruta curcular
distancia: 13,5 Km
desnivel: 817m.   altitud min. 1253m.    altitud max. 1986m.
dificultad : Alta    -  Trepadas, pasos aéreos o complicados


Ruta circular por el valle de Pineta acercandonos a la cascada del Cinca, recorriendo la Faja Tormosa y regresando por la carretera hasta el final del valle.

Para llegar al punto de inicio: Circulando por la A-138, desde Ainsa dirección Francia, pasada la localidad de Bielsa tomamos el desvio al parador de Bielsa por la carretera HU-V-6402. En 13 km por esta carretera, poco antes de llegar al parador encontramos a la izquierda una gran esplanada con aparcamiento, zona de acampada y una oficina de información turística. 

Nos vamos a la izquierda cruzando  el puente sobre el rio Cinca y dejamos los coches aparcados a la sombras de los árboles.
Comenzamos la ruta junto al punto de información, por el camino que corre paralelo al rio, dejando este a nuestra derecha hasta llegar a un puente que lo cruza.

 El camino se divide, por la derecha continua hacia las cascadas de La Larri, nosotros continuamos  por el tramo de la izquierda, el camino Marboré. Caminamos a la sombra de las hayas,  pero hace mucho calor  y la humedad del bosque es pegajosa.

 Ascendemos hasta llegar a la pista forestal que sube al refugio de La Larri y que se cruza con nuestro camino. Nosotros seguimos por la senda Marboré, que asciende hasta el balcón de Pineta y el lago Marboré. El bosque se va abriendo alternando arboles y zonas más abiertas  de hierba y helechos,  que nos permiten contemplar las cascadas del Cinca y de varios arroyos que caen por los barrancos cercanos.

 Nos sorprendre agradablemente encontrar una fuente abrevadero. Aquí nos refrescamos y podemos llenar de nuevo nuestras botellas con agua fria.Un poco más adelante abandonamos el camino Marboré y nos vamos a la izquierda, por una senda, menos clara y señalizada con hitos, que va directa a la cascada del Cinca. Vamos divisando los numerosos saltos del rio en su caida por el barranco. 

Cuando alcanzamos a ver el puente de hierro que cruza el rio nos quedamos de piedra, el puente solo cubre la mitad del arroyo! Hay que meterse a la poza para cruzarlo, y el agua cae con fuerza, podría arrastrarnos. Ya estamos decididos a volver sobre nuestros pero Sonsoles, la más intrépida, no se resigna y baja a comprobar.  Está menos peligroso de lo que parece, nos descalzamos, cargamos las botas a la espalda y vamos ayudando a cruzar a los niños uno a uno. Los que ya han pasado se ponen las botas y suben con sumo cuidado el tramo de roca húmeda que hay al otro lado.

Ascendemos por el otro lado del barranco, con una fuerte pendiente que se ve compensada por las  maravillosas vistas del salto de agua. 

Una trepada de varios metros que superamos fácilmente con la ayuda de las cadenas instaladas con este fin. 

El primer torrente que encontramos va muy cargado de agua, no vemos manera de cruzarlo sin mojarse las botas. Hay que descalzarse otra vez. Esperamos que esta no sea la tónica general para cruzar los numerosos arroyos que surcan la faja Tormosa!  En este punto, ya hemos ganado bastante altura, y estamos hambrientos. Aqui tenemos un buen sitio para comer, junto al arroyo y sobre una gran roca abalconada, con unas vistas panorámicas de cine.

Los 150 m de desnivel de subida que nos quedaban se nos hacen duros con el estómago lleno. La senda es aérea pero sin mayores complicaciones. Vamos cruzando varios arroyos, sin necesidad de volver a descalzarnos. Algunos con pequeños neveros que podemos evitar facilmente. 

Vistas de los saltos y los llanos de La Larri.

La senda que seguimos se cruza con el GR-11 que baja del collado de Añisclo según indica un cartel, pero en nuestro GPS el cruce está más adelante.. un fallo en los mapas.

La bajada de la faja por el GR-11 se hace dura, un camino de rocas escalonadas que destroza nuestras rodillas ya cansadas. El camino se suaviza al entrar al bosque de hayas.

Cuando llegamos valle junto al rio, ya no vemos claro el recorrido del GR-11 para regresar al aparcamiento.. además el rio está muy crecido y no sabemos si habrá que cruzarlo en algún punto que sea muy complicado. Decidimos cruzar el rio aquí, y seguir de frente hasta el refugio. El agua del rio está helada y con las piedras del fondo esos pocos metros resultan bien dolorosos para nuestros pies. Al rato tenemos los pies como nuevos, les ha sentado bien el baño.

Unas cervezas para los mayores y unos helados para los niños en el refugio de Pineta rematan esta ruta estupenda. Ya está cayendo el sol.

Los dos papás tienen que continuar caminando por la carretera en busca de los coches. Tienen suerte y una furgoneta les recoge y les sube hasta el aparcamiento por lo que el último tramo del track está realizado en coche.

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