Ruta circular
distancia: 14,5 Km.
desnivel: 860 m.
dificultad:
Media - Alta
Ruta circular que recorre el contorno del monte Buciero, subiendo al pico Buciero y Peña Ganzo y bajando hasta el Faro del Caballo.
El Monte Buciero, en Santoña, es una península unida al continente mediante
un tómbolo de arena. Está incluido en su totalidad en la Reserva Natural de las
Marismas de Santoña y Noja. Posee unos elevados valores patrimoniales (yacimientos arqueológicos, fortificaciones militares, faros dieciochescos) y ambientales (encinar costero relicto y espectaculares acantilados).
PUNTO DE INICIO: La senda comienza al
final del paseo marítimo, junto al Fuerte de San
Martín, subiendo por una escalera en la parte izquierda de la fachada,
donde ya se
encuentran los primeros paneles informativos. Nosotros llegamos hasta
aquí en coche, sin
haber encontrado aparcamiento. Decidimos continuar un poco más por la calle
adoquinada.
Tenemos suerte, a la izquierda de la calle hay bastante sitio para aparcar
en linea. Son las 9:00 de la mañana, enseguida se llenará. Por la tarde, a la vuelta, la calle está petada de coches.
Comenzamos a caminar y como ya hemos dejado el fuerte atrás, decidimos continuar por el paseo
hacia unas escaleras que se ven detrás del edificio de apartamentos. Las escaleras
suben hasta el monumento de la Virgen del Puerto. Una vez allí, vemos que el camino de la ruta queda más
arriba, y tenemos que hacer un quiebro, seguir por la Calle Monte hacia la izquierda hasta
llegar junto a un pequeño aparcamiento (donde también se podría dejar el coche) .
(0,9 Km.) Aqui ya estamos en el itinerario habitual de subida por lo que
continuamos hacia la derecha. Dejamos atrás las últimas casas y la calle asfaltada, que dan
paso a un camino de piedra y tierra que avanza por el bosque de encinas ganando altura sobre
los acantilados.
(2,4 Km.) Mirador. Apoyados en la baranda de madera podemos observar el
escarpado perfil
de la Punta o Peña del Fraile y la costa: Bahía de Santoña, la playa de
Laredo, Punta de
Sonabia, los picos Candina y Solpico. Incluso asoma la cima del pico
Cerredo.
(2,5 km.) A la izquierda del camino vemos la Casa de la Leña.
(2,6 Km.) Siguiendo la señal que indica «Culminaciones del Buciero»,
cogemos el estrecho
sendero que nace a la izquierda del camino. Tenemos que seguir las marcas
blanca
y amarilla + el círculo verde, que señala la subida al Buciero. Aunque no
siempre
están muy claras. (Recomiendo llevar un track, sobre todo para la subida al
pico
Ganzo y la bajada hasta enlazar con la ruta que recorre el perímetro del
monte.)
El camino parece estar atravesando un pequeño desfiladero ya que se abre
camino
en la roca. No es un camino natural, en este entorno se localizó una mina
de hierro
a cielo abierto. Aún son visibles a lo largo del camino algunas catas, vestigios de la antigua actividad minera, que acabó con la
vegetación original. Al ser abandonada, las especies atlánticas (avellano, roble,
acebo, haya), más adaptadas a las condiciones climáticas actuales, sustituyeron en gran
medida a la vegetación preexistente de carácter mediterráneo.
Encontramos 2 bifurcaciones donde seguiremos por la izquierda.
(3,2 Km.) Valle de los Avellanos. Un pequeñísimo valle que en realidad
es una dolina
ocupada casi en exclusividad por avellanos por los motivos antes
explicados. En la parte
central de la hondonada se debe acumular el agua formando una balsa, que en
estas
fechas está seca pero el terreno todavía está húmedo y fangoso.
Llevábamos ya rato notando el fuerte y característico olor a macho cabrio.
Y aquí
encontramos al responsable. El chivo nos mira y decide ignorarnos, ya que
está muy
entretenido hundiendo el hocico en el barro, en busca de agua, supongo.
El sendero continúa subiendo la ladera derecha del valle.
(3,5 Km.) Indicador a la derecha. ( ya solo queda el pie del indicador,
donde han pintado una flecha y la palabra "CRUZ" .)
(3,7 Km.) Claro en la vegetación con muy buenas vistas a la Bahía de
Santoña y el
Puntal de Laredo. Atravesamos la pradera y continuamos subiendo de nuevo
entre la
vegetación.
(3,9 Km.) Bifurcación, el camino se divide hacia las 2 cimas. Por la izquierda hacia el Buciero. El tramo que
queda hasta culminar es
por incómodo camino de piedras, que sobresalen de los arbustos y la
maleza. Si miramos a
la derecha podemos ver a lo lejos La Atalaya (314 m) coronada
por su singular estructura circular de vigilancia.
(4,2 Km.) Cima del Pico Buciero. Según llegamos vemos que hacia la
izquierda está
señalizada con una gran cruz negra de metal, anclada al borde de las
rocas.
Orientada hacia Santoña. Estupendas vistas. Santoña a nuestro pies y de izquierda a
derecha, Laredo, Colindres, Estuario del río Asón, Bárcena de Cicero,
Escalante,
Argoños y la Playa de Berria, todo ello rodeado del Parque Natural de las
Marismas
de Santoña, Victoria y Joyel.
A la derecha, separada unas decenas de metros, la bandera de Cantabria. Nos acercamos hasta ella y desde esta posición
también hay buenas vistas de La Atalaya y Peña Ganzo.
Volvemos por el mismo camino hasta la bifurcación para iniciar la subida al
pico
Ganzo. Bordeamos por la izquierda un tupido pinar.
(4,8 Km.) Nos vamos a la derecha, hacia la base de la peña. El sendero no
está
nada claro. Para remontar la última parte rocosa atravesamos una pequeña
y
pronunciada canal para finalmente llegar al hito que señaliza la cumbre de
mayor altura del
Monte (378 metros) a los 4,9 km. Cementado sobre la roca más alta y
rodeada de vegetación, apenas
hay sitio para los 5 que somos. Aunque esta cima es la más elevada del
monte, las vistas
no son muy buenas, especialmente si se comparan con las hermosas
panorámicas que
brinda la cima del Buciero.
Regresamos descendiendo la canal y vamos bordeando la peña por la
izquierda, pegados a
la pared rocosa hasta que la senda se introduce por completo en el espeso
bosque. Aunque
hay hitos marcando el camino, si nos despistáramos aquí,
acabaríamos completamente
desorientados, por lo que insisto en llevar un track con el recorrido.
(5,4 Km.) Desembocamos en un sendero un poco más claro y definido que el
que traíamos.
Nos vamos hacia la izquierda.
( 5,6 Km.) Llegamos a otro camino que cogemos a la izquierda para situarnos
en una
encrucijada de caminos donde hay un poste (lo que queda de una señal
indicadora) en el
que han señalado la dirección hacia el Faro del Caballo con una flecha
hacia la derecha.
(6,3 km) Llegamos al camino que recorre el contorno del monte, y
cruzandolo, nos dirigimos
al inicio de los 763 escalones que bajan hasta el Faro del Caballo.
Bajamos tranquilamente la vertiginosa escalinata, intentando no pensar que
cada escalón
bajado luego habrá que subirlo.
Aun se pueden bajar unos cuantos escalones más hasta llegar a nivel del
mar para
darse un baño en estas aguas transparentes. Con el calor que hace la
tentación es
muy fuerte, pero… como están las escaleras!! Abarrotadas de gente joven,
que se
turna para bajar al agua. Un poco arriesgado apretarse así en unas
escaleras que
no tienen barandilla con una caída a plomo de varios metros.
La subida resulta ardua y agotadora, por el calor y por la altura de los
escalones. Un cable de
acero a modo de barandilla resulta de gran ayuda para avanzar. También hay
pequeños
descansaderos donde recuperar el resuello y permitir el paso cuando te
cruzas con gente
que va en dirección opuesta. Finalizada la escalera continuamos hasta el camino principal (7,1 Km.) donde torcemos a la derecha para seguir con nuestra circular.
Durante los dos kilómetros siguientes se alternan en el camino zonas más cómodas con otras con más pendiente y curvas por las faldas del Pico La Atalaya. Vemos encinas, madroños y laureles, estas dos últimas especies particularmente profusas en esta parte del camino.
(8,9 Km.) Llegamos a la carretera junto al Faro del Pescador.
Este faro entró en
funcionamiento en el año 1864, empleando una lámpara de aceite de oliva;
hubo de ser
reconstruido y modernizado tras sufrir graves daños causados por un ciclón
en 1915.
Nos queda un largo trecho por carretera, bordeando la Punta del Aguila.
Vistas a la playa de
Berria y el centro penitenciario.
(11,1 Km.) Pasando junto al muro del centro penitenciario entramos al
barrio de El Dueso,
perteneciente al municipio de Santoña.
(12,6 Km.) Cruce. A la derecha está el Fuerte del Mazo, fuerte
napoleónico cuya estructura se adapta al promontorio sobre el que se
asienta. Recibe también erróneamente el nombre de Fuerte de Napoleón,
motivado por la transmisión popular del nombre del Fuerte Imperial de
Napoleón, construido simultáneamente al del Mazo y demolido a principios del
S. XX para la construcción de los edificios que ahora constituyen el Penal
del Dueso. Nosotros seguimos por la izquierda, hacia el fuerte San Martín por el PR-S49.
Ignoramos el desvío a la derecha por una senda estrecha señalizada
como camino
del Salticón y seguimos por nuestro camino que desciende suavemente hasta
llegar a la
parte alta el Fuerte de San Martín. Aqui hay una fuente. Descendemos hasta
el paseo
marítimo, ahora mucho más animado, con los bañistas de la playa y los bares
llenos de
gente, dando por finalizada la ruta.
Webs de referencia:
Hola Nuria.
ResponderEliminarEstuvimos en Santoña hace una década y no hemos vuelto, Adrián era muy pequeño y prácticamente solo estuvimos en la Playa, la Cueva del Soplao, Cabárceno y algunos pueblos como Santillana del Mar.
Esta sin duda es una circular sorprendente, no solo por todas las obras civiles a visitar o por sus fuertes, sino por esa densa masa forestal tan variada en especies, que se encuentra casi al nivel del mar y tan cerca del agua, no es algo habitual.
La bajada al faro del Caballo, es para pensárselo :), porque luego subir los 763 escalones, tela y encima sin baño. Se ve que en esa zona estaba todo el mundo y no me extraña, porque un baño en esas aguas cristalinas es una pasada, este año el Cantábrico ha sido es sitio elegido por la mayoría.
Un saludo
Hola Eduardo,
ResponderEliminarYo también estuve en Santoña hace un porrón de años, cuando aun no tenía hijos. Estuvimos en los mismos sitios que comentas y también una ruta corta hasta el faro del Caballo, así que he bajado y subido 2 veces esa larguísima escalera. Pero se me había olvidado lo dura que era la subida, también es que por entonces tenía mejores piernas!
Todo el monte Buciero es un lugar muy singular y realmente merece la pena subir a las cimas. Además de la bonita postal de Santoña desde lo alto, es durante la subida y bajada cuando realmente te sientes inmerso en ese espeso bosque, donde parece increible que a poquísima distancia esté el mar.
Este verano ha ido mucha gente para el norte, pero a pesar de eso, como hay playas muy amplias se estaba de maravilla y el agua estaba muy buena. Me sorprendió que estuviera bastante menos fría que en otras ocasiones que hemos estado en playas de Asturias. Es una buena zona para combinar playa y senderismo en verano. Madrugando un poco, la temperatura es bastante llevadera para hacer la subida.Y además, como la montaña está prácticamente a pie de playa, al terminar da tiempo para pasar un par de horas en el agua. Seguro que repetiremos.
Un saludo,