viernes, 30 de agosto de 2019

Pico Anayet

Ruta circular
distancia: 15 Km.
desnivel: 935 m.  
altitud min: 1747 m.      altitud max: 2574 m.
dificultad: Media-alta       trepadas, pasos aéreos potencialmente peligrosos

 Ruta lineal al pico Anayet desde el aparcamiento de la zona “Portalet” de la estación de esquí de Formigal, pasando por los ibones de Anayet.

El pico anayet es un pitón o cuello volcánico, un conducto de alimentación vertical  que se rellenó de lava solidificada y que posteriormente quedó expuesto por la erosión del cono volcánico. Es uno de los pocos restos volcánicos que se pueden encontrar en Aragón. Su hermano mayor, el Midi d´Ossau, es otra gran estructura volcánica y se encuentra a poca distancia, pero ya en territorio francés.


El Anayet es una visita imprescindible en el Valle de Tena. La pirámide volcánica, el intenso color rojo que exhiben las rocas de su entorno y el ibón que actua como un espejo duplicando la belleza que le rodea hacen que este lugar sea muy especial.

Antes de comenzar con la descripción de la ruta, incluyo una fotografía que tomé hace un mes desde un avión cuando cruzaba los Pirineos. He podido identificar algunos  picos, entre ellos el Anayet que aparece diminuto pero reconocible. Puede apreciarse mejor en un recorte ampliado de la foto original.




Para llegar al punto de inicio: Nos dirigimos a la estación de esqui de Formigal. Circulando por la  A-136 hacia Francia, dejamos a la derecha Sallent de Gállego y poco después Formigal. Pasamos de largo los accesos a la estación de esqui  indicados como “Aparcamiento Sextas” y  “Aparcamiento Anayet”. Nuestro destino es el último aparcamiento llamado “Portalet”, poco antes de llegar a la frontera. 


 Después de dejar el coche en el enorme aparcamiento casi desierto, nos dirigimos hacia las casetas de la estación donde nace la pista por la que iniciamos el ascenso.


(1,2 Km.) Nos salimos de la pista que se dirige hacia el barranco de Espelunciecha para continuar por una senda que sube cercana a los postes del telesilla. Seguimos luego el trazado de una pista de esquí. Buscamos el camino más directo hacia el collado. La subida no es muy atractiva, aunque la mole del Midi d´Ossau nos alegra la vista cuando miramos hacia nuestra derecha.  Nos incorporamos a otro tramo de pista de gravilla para finalizar la subida hasta el collado.



(2,7 Km.) Collado del Batallero o collado Garmet, donde terminan los telesillas que llevan cada uno de esos nombres. Este collado separa la redondeada cumbre conocida como Corona de los Farallones (2052m.) que tenemos a la vista,  del pico Garmet o Espelunciecha Oriental (2246 m.), cuya cima desciende hacia el collado en forma de espolones rocosos (la cresta de los Farallones).

Breve descanso con panorámica: el omnipresente Midi d´Ossau, Portalet, en primer plano la Corona de los Farallones, a la derecha Peña Foratata y Formigal y de fondo la silueta azulada por la neblina de los grandes picos del Valle de Tena.



Cambiamos de vertiente siguiendo una senda que sube faldeando la ladera sur bajo el cresterio.

(3,1 Km.) Bordeamos una bonita lagunilla. Nos entretenemos viendo  las libélulas que vuelan entre las hierbas de la orilla y también descubrimos algún tritón en el agua.





(3,3 Km.) Entramos en la zona de la Glera de Anayet, un valle en forma de U que se abre hacia el Este.  Abajo a nuestra izquierda queda la cabaña de la Glera. Preferimos nos acercarnos para no perder altura y nos empeñamos en seguir la senda, ya muy difusa, que cruza las pedreras que resultan bastante incómodas.

En las cimas que tenemos a la vista ya podemos apreciar las llamativas tonalidades rojizas de las rocas,  que adelantan la explosión de colores que encontraremos al culminar la subida:  del rojo intenso hasta los morados , pasando por los granates..

Estas rocas se formaron hace casi 300 millones de años, durante el Pérmico. Los materiales procedentes de la intensa erosión que sufrió la primitiva cordillera Varisca fueron arrastrados por los ríos  formando enormes depósitos de sedimentos. El abundante hierro presente en estos materiales se oxidó en contacto con el aire, tiñendo los sedimentos de un característico color rojizo. La orogenia alpina plegó estos sedimentos que afloran hoy en dia en varias partes de los Pirineos enriqueciendo la paleta cromática de estas montañas con unos colores inesperados.


 En la cabecera del valle, seguimos ganando altura por la ladera sur de Punta Espelunciecha dejando a nuestra izquierda el collado que separa esta loma de la Punta de la Garganta. En medio del collado se ubica otra laguna. Pequeña pero muy vistosa, ya que el reflejo de la luz en su superficie resalta su presencia en medio del terreno herboso. 





(4,7 Km.) El sendero asciende  colgado sobre una cornisa con unas buenas vistas al barranco de Culivillas. Por este barranco sube el GR-11 al que nos incorporamos al llegar a su cabecera.


El Anayet va apareciendo ante nosotros, empezando por la cima,  hasta tener una visión completa de esta roca piramidal. Alcanzamos la gran planicie que alberga las cubetas de los ibones con los mirada clavada en este pitón volcánico. Los tonos grises de la roca volcánica contrastan con los rojos de las sucesivas cimas alomadas de menor altura que le continúan y con los verdes de la hierba que cubre parte de las laderas. El conjunto me parece un enorme y primitivo animal fosilizado, una especie de gusano o de dragón oriental de cabeza acorazada y un largo cuerpo rojo y verde. Este animal parece estar mirando con cara de pocos amigos a otro gigante, el Midi , que a cierta distancia, levanta su enorme cabeza lanzando un grito al cielo con la boca abierta.



Mientras dejo volar mi imaginación, avanzo por la planicie hasta acercarme al ibón grande,  escaso de agua en estas fechas. Su fondo también es de tierra rojiza y parece que hubieran elegido su ubicación para que reflejara toda la belleza de su entorno.

(5,4 Km.) Ibón grande de Anayet. Nos sentamos en unas rocas cerca de la orilla a descansar y por unos minutos nos dejamos atrapar por la serenidad que reina en este lugar. Parece que el tiempo se hubiera detenido. Me quedaría horas aquí.






 La mayor parte del grupo decide terminar aquí la subida. Los niños quieren quedarse a  jugar en esta enorme explanada, llegar hasta el segundo ibón y acercarse a unos caballos que se ven por allí. El cielo se va cubriendo de nubes y acabará lloviendo. Los que queremos hacer cumbre emprendemos sin más dilación  la marcha hacia la base del pico. 




 (7 Km.) Para subir al collado hay que superar un repecho con fuerte pendiente y muy pedregoso. Subimos zigzageando buscando el camino entre los grandes bloques de roca.

(7,2 Km.) El collado, conocido como Cuello del Anayet, separa el pico Anayet de la cima contigua, la Punta del Garmo más conocida como Vértice de Anayet. Esta punta o vértice de roca roja tiene apenas 20m. menos de altitud pero su ascenso parece bastante más fácil. Confiaba en poder subirlo después del Anayet, pero no fue posible. En este collado hay una buena buena foto de los dos gigantes volcánicos, el Anayet en primer plano y al fondo a su izquierda el Midi.





2 sendas parten del collado, por la vertiente opuesta a la de nuestra subida. Podemos coger cualquiera de ellas ya que acaban unidendose llegando a un resalte rocoso con una caida vertical. AquÍ gira bruscamente a la derecha subiendo hasta una cresta rojiza que rodeamos para seguir bordeandola por la otra vertiente. Subimos un pesado trecho por una pedrera de roca muy suelta, que hay que atravesar en cortos zigzag y que nos situa en el punto más delicado de la subida,  donde hay que cruzar unas losas inclinadas.

(7,6 Km.) Paso con sirga. Aunque impresiona al principio por que hay una caida de muchos metros, con el firme seco no tiene dificultad. A mi personalmente lo que más me costó fue el comienzo. Aunque agarrada a la cadena con las 2 manos, no acababa de encontrar un buen punto de apoyo para los pies. Superado este primer  escollo, el resto fue muy fácil. Solo nos queda una subida con bastante pendiente por una chimenea herbosa, que aunque requiere el uso de las manos en alguna ocasión, no presenta dificultades. Y alcanzamos la cumbre!



(7,6 Km.) Cima del Anayet (2574m.) Guauu!! Las vistas  son una pasada, un regalo para los ojos. Picos y mas picos mires por donde mires. Me lio a sacar fotos y luego me siento a contemplar embelesada el paisaje alpino en todas las direcciones.



Abajo el llano de Anayet y las cumbres que lo rodean. Al fondo la Sierra de la Partacua ampliada en la segunda foto.



Macizo del Aspe, Sierra de Bernera, Sierra de Secús..


Pirineo francés, con la inconfundible silueta del Midi D´Ossau, hasta el Pico Palas.




Hacia el valle de Tena, desde el Palas hasta Los Infiernos.


El nubarrón  que se cierne sobre el Midi D'Ossau se oscurece por momentos. La sombra que proyecta sobre el pico le da un aspecto siniestro. Lo más prudente, muy a mi pesar, es descender cuanto antes al collado. Me preocupa atravesar el tramo difícil con la roca mojada. Aunque descendemos apresurados, no puedo dejar de hacer unas fotos de la chimenea y del paso con cadenas, ya que no las hice en la subida.






La lluvia nos ha perseguido durante toda la semana que hemos pasado en el valle de Tena y cada dia hemos conseguido darle esquinazo. Cuatro gotas nos han caido encima. Pero hoy no nos escapamos. Nada más dejar atrás el Cuello del Anayet, comienza a llover con ganas.  Queriamos hacer una circular, pero no puede ser. El resto del grupo ya se ha marchado cuando llegamos al ibón, bajando  a buen ritmo por el camino que ya conocemos. Van hacia la cabaña de la Glera, esperando encontrar algo de cobijo. Cuando la tenemos a la vista ya está amainando y al llegar  luce un sol esplendido. Comemos tarde pero muy comodamente en la terraza de madera del chiringuito, sentados en los bancos. Mientras tanto se secan al sol los chubasqueros para guardarlos en las mochilas  ya que no los vamos a necesitar.


Y seguimos descendiendo de vuelta al parking buscando el camino más fácil y grabando en nuestra memoria las últimas imágenes de estas montañas que tanto hemos disfrutado durante nuestra estancia de una semana en el Valle de Tena. 




Hoy hemos visto muchas matas de arándanos, cardos azules, tritones, libélulas y alguna lapa.




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4 comentarios:

  1. Hola Nuria.

    Es complicado que estando una semana en pirineos, la lluvia no acabe fastidiando alguna salida, aunque por lo menos os dejo subir al Anayet, eso si, ese foto del Midi d'Ossau con la nube encima, no tiene precio!

    La subida, se puede hacer más por sendero o campo a través, evitando esos largos tramos de pista, subiendo unos metros más por la pista principal (no coger la de la izquierda nada más pasar el puente) y luego coger una trocha o senda hacia el ibón de Espelunciecha.

    Ahora, a seguir disfrutando de las sierras cercanas a la capital y a esperar al siguiente verano!

    Un saludo

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    1. Hola Eduardo,

      La verdad es que casi siempre tenemos muchas suerte con el tiempo. En Pirineos, hemos tenido veranos con mucha lluvia, pero suele caer a primera hora o ya por la tarde, dejandonos margen para hacer las excursiones. En este caso me doy por satisfecha habiendo subido al Anayet.

      Mi idea era subir (o bajar) por el barranco pasando por el ibón de Espelunciecha. En la subida, los niños se nos adelantaron y tiraron por la pista. A la vuelta la lluvia nos empujó a volver por el camino ya conocido. Para la próxima visita queda, que el Anayet hay que repetirlo.

      Ya estamos planeando el viaje del próximo verano a Pirineos, este año lo dedicaremos a Ordesa. Queremos subir a Monte Perdido. El refugio de Goriz ya lo tenemos reservado, que se llena muy pronto. Mientras tanto, disfrutamos de la sierras cercanas, como bien dices.

      Hace tiempo que no publicas. Espero leerte pronto. Yo también he estado muy parada. Aunque me gusta tener las rutas documentadas, me lleva demasiado tiempo y cada vez me da más pereza..

      Un saludo,

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  2. Hola Nuria.

    Enhorabuena por la cima!!

    Independientemente de por donde de suba a ellos los Ibones de Anayet son uno de los lugares con más encanto de todo el Pirineo, la subida hasta ellos ya es de por si una preciosa excursión, pero con la altiva presencia del Anayet pocos se resisten a no continuar hasta la cima, aunque también resulta difícil vencer a la tentación de quedarse disfrutando de la belleza de los lagos, haciendo mil y una fotos, interactuando con los caballos o simplemente tumbándose en la mullida hierba. La vez que subimos en ese plan de relax (aunque yo no pude estarme quieto y me subí al Espelunciecha) lo hicimos por donde subisteis vosotros. Guardo muy buen recuerdo de aquella ruta, mucho menos masificada que la que sube por Culivillas, pues vi por primera vez tritones, en ese lagunillo cercano al telesilla, y luego en el precioso Ibón de Espelunciecha, en el que además me di un buen baño.
    Curioso, y muy coherente, ese parecido que le encontraste al Anayet, mira que yo soy también de dejar volar la imaginación y encontrarle forma a las montañas, pero al Anayet no le había encontrado ninguna. Del Midi si que no hay duda alguna es un pez mirando hacia arriba con la boca abierta.
    Y sin duda la cima del Anayet es un privilegiado mirador de toda esa zona pirenaica, y además de ese pequeño toque aventurero que supone su subida, durante la misma es cuando más se disfruta de todos esos contrastes cromáticos de este macizo.

    Un saludo.

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    1. Hola Dani,

      Mira que en Pirineos hay paisajes más espectaculares e imponentes, pero el entorno del Anayet tiene ese algo singular y especial que te cautiva por completo. Lo tengo grabado en la memoria. Me quedé con las ganas de rodear el ibón grande y de acercarme al pequeño. Me hubiera gustado tener un rato de relax y contemplación. También estaba en mis planes acercarme al Vertice del Anayet, pero lo que no podía dejar de hacer, de ninguna de las maneras,  era la subida al Anayet. A fin de cuentas, acercarme al Midi D´Ossau y subir al Anayet fueron inicialmente  las motivaciones  para elegir el valle de Tena como destino de vacaciones!. Seguro que desde el Espelunciecha, que no parece una subida dura desde el llano de los ibones, hay una buena perspectiva del Anayet. Cualquier excusa es buena para repetir!

      Un saludo,

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