Ruta circular
distancia: 2,8 Km.
desnivel: 100 m.
dificultad: Muy fácil
Las secuoyas son árboles naturales del Oeste de Norteamérica que crecen
en una estrecha franja de la Costa Pacífica que abarca desde el centro de
California hasta el sur de Oregón. En España es una especie inhabitual.
Podemos encontrar ejemplares aislados plantados en arboretos y jardines
botánicos, pero apenas existen grupos en estado seminatural. Este
bosque es una rareza y por ello fue declarado en 2003 Monumento
Natural.
Ahora es un enclave protegido por su valor paisajístico que puede
visitarse por libre o con visita guiada. ( consultar en el calendario de
Naturea Cantabria)
La existencia de este bosque responde a las circunstancias
concretas de un período histórico.
Para dar respuesta a la creciente demanda de madera para la producción
industrial, en la década de los 40 del siglo pasado la mayor parte de
los terrenos de este monte, que incluían masas de frondosas y áreas de
pastizal y matorral, comenzaron a repoblarse con especies foráneas,
fundamentalmente Eucalyptus globulus y Pinus radiata y de forma
experimental, a modo de ensayo y por tanto en parcelas mucho más
reducidas, con roble americano (Quercus rubra), castaño japonés (Castanea
crenata) o abeto de Douglas (Pseudotsuga menziezii) . También se
plantó una mancha de 848 ejemplares de secuoyas (Sequioa sempervirens),
que nunca llegaron a ser taladas para su explotación maderera y que se han
desarrollado bien a lo largo todos estos años gracias al clima húmedo y
templado del litoral cántabro que responde a las exigencias de esta
especie.
Sequoia sempervirens es un árbol muy robusto, de copa piramidal, que
en condiciones naturales supera con facilidad los cincuenta metros
alcanzando con frecuencia el centenar. El tronco es derecho, muy grueso,
de corteza oscura, esponjosa, profundamente fisurada, que puede alcanzar
los cuarenta centímetros de espesor en los ejemplares añosos y se
desprende en placas irregulares bajo las cuales aparecen otras nuevas de
color rojizo. Las acículas, planas y de tono verde oscuro, se asemejan a
las del tejo, y presentan como particularidad más notable dos bandas
blanquecinas por el envés. Florecen al final del invierno para madurar las
piñas, verdes primero y rojizas finalmente, en el otoño siguiente. Las
flores masculinas son amarillas y las femeninas ovales y verdosas, de
mayor tamaño.
Punto de inicio: Aparcamientos del Monumento Natural de las Secuoyas de
Cabezón.
Circulando desde Cabezón de la Sal hacia Comillas por la
carretera CA-135, a los 2,4 Km. dejamos el bosque de secuoyas y un
pequeño aparcamiento a la izquierda de la carretera y 500m. más adelante
encontramos el aparcamiento principal también a la izquierda de la
carretera.
La senda de acceso principal que retrocede hacia el bosque de secuoyas va
pegada a la carretera y está asfaltada. Al final de la misma una pasarela de madera conduce al bosque.
Nosotros preferimos hacer una ruta por el interior del bosque mixto combinando algunas de las 6 sendas que recorren el entorno y que llevan el nombre de algunos de los árboles que abundan en este paraje: tejo, roble, castaño, eucalipto, acebo y abeto . De no ser por la lluvia seguro que habríamos alargado el paseo pero tuvimos que evitar las zonas más embarradas. La lluvia también me impidió hacer más fotos del recorrido.
Nosotros preferimos hacer una ruta por el interior del bosque mixto combinando algunas de las 6 sendas que recorren el entorno y que llevan el nombre de algunos de los árboles que abundan en este paraje: tejo, roble, castaño, eucalipto, acebo y abeto . De no ser por la lluvia seguro que habríamos alargado el paseo pero tuvimos que evitar las zonas más embarradas. La lluvia también me impidió hacer más fotos del recorrido.
Iniciamos ruta por uno de los accesos principales, una pista que sale del
aparcamiento hacia el interior del bosque y que avanza entre eucaliptos
hasta enlazar en 400m. con la senda del castaño.
(1 Km.) Bosque de secuoyas. Dedicamos un buen rato a disfrutar
de estos árboles tan exoticos para nosotros ya que los hemos visto al
natural solo en contadas ocasiones. En medio del denso y oscuro bosquete
nos sentimos transportados a un parque de California. Nos sorprenden sus
troncos tan rectos, que parecen flechas disparadas hacia el cielo y la
multitud de pequeñas ramas que crecen horizontalmente, brotando de
la gruesa corteza y casi desde el mismo pie de los árboles. Calibramos el
diámetro de los ejemplares más grandes rodeándolos cogidos de la
mano.
Dejamos atrás las secuoyas e iniciamos el regreso por la senda de la
tejera. Acortamos luego por la senda del roble hasta la pista
de acceso principal que nos lleva de vuelta al aparcamiento.
WEBS DE REFERENCIA:
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Hola Nuria.
ResponderEliminarPues mira que cuando fuimos a la cueva del Soplao, pasamos por Cabezón de la Sal, pero no sabíamos de la existencia de este bosque, aunque Adrián por aquel tiempo era muy pequeño.
Una lastima la lluvia, os privo y nos ha privado, de disfrutar de este magnifico bosque, durante más rato, pero las fotografías reflejan bien, la grandiosidad de esta rareza, que yo si no recuerda mal, no he visto ningún ejemplar, algunos con un tronco de unas proporciones descomunales.
Un saludo
Hola Eduardo,
EliminarNosotros tampoco teniamos noticia de este bosque. Como sabiamos que iba a hacer muy mal tiempo, dedicamos la mañana a visitar el Museo de Altamira y el Capricho. Fue de vuelta cuando pasamos junto a los aparcamientos y nos sorpredió que hubiera coches aparcados con el dia tan malo, algo interesante tenia que haber en ese bosque. Fue mirar google maps y alli aparecia la etiqueta de "bosque de secuoyas". Por supuesto, nos dimos la vuelta y nos pusimos los chubasqueros, era la primera vez que ibamos a ver un bosque de secuoyas . Fue una grata sorpresa!
Un saludo,